España

Los moderados Vila y Pascal emergen como los ‘negociadores’ del Govern tras el 1-O

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El consejero de Empresa de la Generalitat, Santi Vila, y Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, se perfilan como los futuros interlocutores con el Gobierno central en el nuevo escenario abierto tras el ilegal y fallido referéndum de este domingo.

Ambos jugarán un papel esencial en el desenlace del órdago independentista que, pese a la determinación de Carles Puigdemont de declarar la independencia «en los próximos días», afronta dividido su hoja de ruta. En especial, en lo que se refiere al PDeCAT, partido que tambalea entre la deriva radical del actual president y la senda de la normalidad institucional y democrática que le reclama un amplio sector interno.

La imagen del referéndum ha dejado un sabor agridulce en el propio independentismo, que acusa el desgaste de largos meses de lucha interna. Para los convergentes, la situación se agrava, porque en los próximos tiempos tendrán que resolver también la convivencia, muy difícil, con ERC y la CUP.

Puigdemont, que previsiblemente será inhabilitado, al igual que Junqueras, no teme a su futuro político, porque ya hace meses que anunció la intención de abandonar en cuanto el referéndum se consumase. Pero el escenario es distinto para otros miembros del Govern, que ven con incertidumbre un futuro ligado al procés. Las diferencias se hicieron aún más evidentes en las últimas y crípticas semanas, cuando un sector del partido insistió al president con la convocatoria electoral anticipada, una idea rechazada por Puigdemont.

Los ‘moderados’, clave tras el 1-O

El sector más ‘suave’ del PDeCAT es así el único aún con cierta validez para frenar la actual deriva del partido y encontrar una fórmula capaz de reconducir, si eso aún es posible, la crisis catalana, en mediación con el Estado.

En este ámbito destaca Vila, consejero, entre otros, de Cultura, Territorio y Sostenibilidad y, entre 2007 y 2012, alcalde de Figueras. Un político pragmático que se reconoce a sí mismo como moderado y liberal y que ha cuestionado abiertamente algunas de las decisiones del Govern, como la aprobación de la Ley de Transitoriedad antes del 1 de octubre.

Aunque sus ataques más ácidos han sido contra los ‘socios’ de la CUP, lo que le ha valido también ser el blanco de la diana de los antisistema. Su designación, en sustitución de Jordi Baiget, purgado por Puigdemont por haber dudado públicamente de la viabilidad del referéndum, ya generó recelos airados entre los cupaires, que no han cesado.

Muy poco partidario de la vía unilateral, Vila ha apostado siempre-y también en público-por la necesidad de abrir un proceso de negociación y consenso, y por librarse de la «demagogia» partidista. De hecho, hace apenas unos días revelaba, en un foro tecnológico en Madrid, su deseo de regresar a la «aburrida vida» de la política y reclamaba «moderación» y una «interlocución bien definida» para salir del embrollo separatista.

Muestra de ese talante negociador es su desapego de las posturas extremistas que sí representa la CUP. En otra charla con empresarios, el año pasado, el consejero llegó a cargar contra la «sobredosis ideológica» que, en su opinión, lastraba el futuro de Cataluña.

Paradójicamente, Vila es una de las personas de confianza de Puigdemont, con quien ha recorrido buena parte de su trayectoria política. Incluso se le ha visto, y algunos aún le ven, como el posible sucesor al frente de un renovado PDeCAT tras el referéndum. La única opción para que el partido pueda retomar un discurso alejado de los extremismos y también de ERC.

Buena relación con Pastor

Se da la circunstancia de que Vila mantiene una excelente relación personal con Ana Pastor, actual presidenta del Congreso, una amistad que se remonta a los tiempos en los que él era consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat y ella, ministra de Fomento. Ejemplo de la sintonía es que Pastor acudió a su boda, en 2014, y que la relación resultó clave en muchos de los acuerdos firmados entre ambas administraciones en materia de infraestructuras.

Por su parte, Marta Pascal se ha significado en el mismo lado. La coordinadora general del PDeCAT ha sido una de las voces más críticas contra la dependencia de la CUP y también los socios republicanos. Ella fue la encargada de anunciar que tras el referéndum, ya no harán más cosas juntos con los anticapitalistas, a los que ha acusado de tener un «excesivo protagonismo». También recientemente descartó una declaración unilateral de independencia, aún en contra de los planes del propio Puigdemont, muy ambiguo en esa cuestión por temor a airear a los antisistema.

La clave: la quiebra del independentismo

La fragilidad del partido del president es ahora clave para decidir el futuro del procés.

En Moncloa se advierte de que tanto Puigdemont como el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, están «descalificados democráticamente» como interlocutores por haber «actuado deslealmente» para seguir adelante con su referéndum ilegal. Hace tiempo que Junqueras, en su día la voz de la Generalitat ante la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en la llamada ‘Operación Diálogo’, ha perdido ya todo el crédito en Moncloa y si bien podría aún salir indemne del proceso no tiene opción alguna de liderar las futuras conversaciones. Se le considera amortizado y la pérdida de confianza en el que un día pareció el hombre ‘blando’ del independentismo es total.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se declaró este domingo dispuesto a ofrecer diálogo a todas las formaciones con representación en el arco parlamentario. A sabiendas, sí, de que solo aceptarán las constitucionalistas. Ni Podemos, ni tampoco el independentismo parece proclive a alcanzar algún tipo de acuerdo con el Estado, en los términos de la legalidad y el respeto a la Constitución, la línea roja de Rajoy. El jefe del Ejecutivo anunció que convocará a todos los partidos, aún sin fecha determinada, para abordar la crisis en Cataluña.