España

Los ‘menas’ toman Barcelona navaja en mano convirtiendo la ciudad en un polvorín de inseguridad

En algunos comercios y bares incluso se han provisto de elementos de autodefensa para hacer frente a los maleantes.

La Barceloneta atemorizada ante la inacción de Colau: robos, atracos con violencia y muertes

  • Joan Guirado y Enrique Falcón
  • Barcelona

Los taxis apenas paran de noche para recoger pasajeros en la Avenida del Paralelo. Frente al museo marítimo, los coches amarillos y negros que circulan por Barcelona con una luz verde o roja encima en función de la ocupación, apagan este indicativo para hacer ver que no trabajan.

Un grupo de tres chicos menores de edad hace un buen rato que esperan a uno y, cuando consiguen, tras andar unos metros, llamar la atención de un taxista, una patrulla de los Mossos les sorprende y les hace bajar cuando uno de los tres ya se había montado junto al conductor, pese a caber los tres en el asiento posterior. Eran tres menores no acompañados bajo la tutela de la Generalitat, tres conocidos de la zona según algunos comerciantes.

Antes de coger el taxi, desde nuestra terraza privilegiada para observar el cambio que ha experimentado Barcelona en los últimos meses, les grabamos merodeando a varios turistas y fijándose en una conductora de moto que, por suerte, no llevaba el bolso colgando.

Los vecinos del Raval y el Poble Sec están hartos y atemorizados. Tienen que superar un cúmulo de obstáculos en su día a día para evitar ser víctimas de hurtos o robos, tanto por parte de los carteristas dentro del metro como por los menas una vez abandonan el suburbano.

Un camarero de un bar de la calle Nou de la Rambla asegura que “si no se pone solución, en un año esto parecerá Colombia, que no podrás ir por la calle sin miedo a que te peguen un tiro”. El miedo impera también ya hoy en algunas zonas de la ciudad condal. Paso más ligero, mirando atrás de vez en cuando y con las manos en los bolsillos.

En algunos comercios y bares incluso se han provisto de elementos de autodefensa para hacer frente a los maleantes. Dicen que el principal cambio respeto a la inseguridad se ha vivido durante el último año. Acusan al ayuntamiento de Ada Colau de “no hacer absolutamente nada” para evitar esta situación, que está degradando la ciudad y ahuyentando a los turistas.

Móviles, relojes, cadenas de oro, carteras… todos los objetos de alto valor están en el punto de mira de los menas. Su modus operandi normalmente es actuar en grupo, rodeando a su víctima y robándole casi sin que esta se percate. Pero cuando hace falta usan la violencia. Sacan una navaja o se enfrentan a patadas y puñetazos. «Es el plato de cada día» al salir del metro, relata un vecino. La prueba está en las largas colas que hay, la mañana siguiente, en la comisaría de los Mossos de Nou de la Rambla. Mientras las víctimas interponen la denuncia, los agentes llevan detenidos a algunos de los acusados aunque, al ser menores, son puesto casi inmediatamente en libertad.