Un nuevo día de la infamia tendrá lugar el 3 de septiembre en la localidad navarra de Alsasua con la convocatoria por la izquierda radical del llamado Ospa Eguna –Día del Adiós–, que desde 2010 se viene repitiendo para poner en la diana del odio a los guardias civiles y policías nacionales que prestan sus servicios en la población y, por extensión, en toda la Comunidad Foral.
Y esto es así con la complacencia pasiva del Ministerio del Interior, según han denunciado asociaciones policiales como la AUGC , para las que resulta intolerable que se permitan este tipo de actos basados en el rencor, el rechazo y el odio contra los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que reclaman su prohibición.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ya solicitó en 2019 la prohibición del Ospa Eguna por entender que podía ser constitutivo de delito de terrorismo así como de odio, lo que fue rechazado por el titular del Juzgado Central de Instrucción 2 Ismael Moreno, que autorizó la celebración del acto.
En 2020 el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se lavó las manos ante la celebración de este acto, declarando que «el Ospa Eguna no fue de mi agrado, pero vivimos en un Estado de Derecho».
El acto es una muestra más de que, tras décadas de terrorismo, los guardias civiles y policías -junto a sus familias- que se jugaron la vida y tantos la perdieron luchando por la paz y la libertad, continúan señalados por los radicales de forma reiterada.
Acto de odio
El acto principal de la fiesta es un pasacalle (kalejira), consistente en la parodia de un desfile militar, en el que los participantes se disfrazan de guardias civiles, policías o militares ridiculizando a los Cuerpos de Seguridad.
También la Asociación de Víctimas del Terrorismo Covite ha denunciado que parte del infame programa de actos organizado contra la Policía y la Guardia Civil tendrá lugar en un edificio público del Ayuntamiento de Alsasua, (gobernado por Geroa Bai) al tiempo que advierten que «los únicos represores son los asesinos de ETA y aquellos que les apoyan».
Asimismo, hay que recordar que en octubre de 2016 dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas fueron salvajemente agredidos en el bar Koxka de Alsasua por ocho simpatizantes de la izquierda proetarra que, a la postre, acabó con condenas en firme de entre dos y trece años de cárcel.