España

Malestar en el Gobierno por la desbandada de EEUU que ha sumido Afganistán en el caos

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La gestión de la crisis de Afganistán por parte de EEUU ha provocado malestar en el Gobierno español. La precipitada salida de las tropas estadounidenses ha generado una situación de confusión y caos que ha ido acompañada por un avance vertiginoso de los talibanes hasta la conquista del poder, tras dos décadas de conflicto. Las dramáticas imágenes llegadas del aeropuerto de Kabul, completamente colapsado y con centenares de personas huyendo a la desesperada del avance de los radicales, son el ejemplo perfecto del terror en el que ahora viven los afganos.

La propia administración norteamericana ha admitido un error de cálculo. Y ese error de cálculo ha obligado al Ejecutivo español a acelerar el plan para la repatriación de los ciudadanos que quedan en Afganistán, el personal diplomático y también los traductores afganos -y sus familias- que, en estos años, han colaborado con España.

Operativo complejo

Diseñar el operativo para la evacuación ha sido un proceso enormemente complicado, liderado por los ministerios de Defensa y Exteriores. Un dispositivo que se prepara desde hace meses con todas las cautelas y que en los últimos días se ha visto precipitado. Y todo, en un escenario de gran complejidad, debido a los problemas de comunicaciones con el país y al colapso en el aeropuerto de Kabul.

El primer avión de transporte militar A400M del Ala 31 del Ejército del Aire despegó finalmente al filo de la medianoche del pasado lunes, desde la base de Zaragoza, rumbo a Emiratos Árabes. El segundo aparato lo hizo este martes a las 17 h, según informaron los ministerios de Exteriores y de Defensa en un comunicado conjunto.

La necesidad de garantizar en todo momento la seguridad de los españoles y los afganos que serán repatriados ha guiado el trabajo de los ministerios. Y, en este contexto, ha molestado especialmente la gestión de la crisis por parte de EEUU.

Biden se lava las manos

La rapidez con que se ha producido el fin del gobierno afgano y el caos en el que se ha sumido al país marca, sin duda, el devenir del Gobierno de Biden, que no supo calibrar el alcance de la retirada y minimizó la fuerza de los radicales.

El fulgurante ascenso talibán tras la precipitada retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán ha sorprendido a la propia administración norteamericana. El mismo Biden aseguró el pasado julio: «No se verá salir a gente en helicópteros de la azotea de la Embajada de EEUU en Afganistán», en alusión a la evacuación del personal de su Embajada en Saigón (Vietnam), en abril de 1975. Pero en Kabul se ha visto a gente intentando colgarse de los aviones para escapar de la barbarie talibán. También prometió una salida «ordenada».

Ahora, EEUU afronta una crisis de confianza internacional sin precedentes. Los principales medios del país no han ahorrado críticas.»La historia recordará que Joe Biden fue quien presidió la humillante conclusión de la experiencia estadounidense en Afganistán, tras 20 años de guerra», sentenció David Sanger en The New York Times. 

Pero Biden niega la evidencia. En su esperado discurso a la nación, este lunes, el presidente de EEUU atribuyó la responsabilidad de lo ocurrido a los propios ciudadanos y gobernantes afganos. «Su presidente salió volando del país, los americanos no podemos participar en una guerra que los propios afganos no quieren librar», aseveró el mandatario estadounidense, sacudiéndose las culpas. Incluso fue más allá, asegurando abiertamente que «la culpa del desastre es de los propios afganos, que no han querido enfrentarse a los talibanes».

Sí admitió, como antes había hecho su gabinete, que todo «ha sucedido mucho más rápido» de lo previsto. «Lo que ha ocurrido es que el gobierno afgano se rindió pronto y salió volando del país. Los americanos no deberían participar y morir en una guerra que los propios afganos no estaban dispuestos a librar por ellos mismos», insistió. También recordó que fue Donald Trump quien tomó la decisión de abandonar Afganistán. «Cuando llegué, heredé un acuerdo negociado por Trump en el que se especificaba que las fuerzas estadounidenses estarían fuera de Afganistán para 2021. El número de efectivos ya había descendido bajo la Administración Trump, mientras que los talibanes estaban en su momento más fuerte desde 2001», defendió, otra vez, despachando las responsabilidades.

En España, la oposición ha criticado la reacción del Gobierno español para repatriar a los ciudadanos. Desde el Partido Popular se critica especialmente que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no dé la cara como sí ha hecho Angela Merkel o incluso el propio Biden, y hablan de falta de previsión y «caos administrativo» en la retirada del personal diplomático.

La única reacción de Sánchez hasta el momento ha sido a través de un mensaje en las redes sociales, en el que se ha limitado a confirmar datos ya avanzados por sus ministerios: «Dos aviones del Ministerio de Defensa están listos para la repatriación del personal de la embajada en Afganistán, colaboradores y españoles que quedan en el país», señaló este lunes.