Un libio encarcelado en Brians por yihadismo montó la red terrorista que pretendía atentar en Barcelona
Un ciudadano de origen libio apodado "Rabeh" que cumplía condena en la cárcel catalana de Brians I que mostraba su adhesión al movimiento yihadista global, fraguó los contactos con los 17 detenidos en Cataluña con intención de promover un atentado a su salida de prisión, según ha informado este viernes la Fiscalía de la Audiencia Nacional en un comunicado sobre la llamada Operación Alejandría. El juez ha enviado a tres de ellos a prisión.
Esa persona había mostrado su aprobación de las acciones terroristas realizadas por integrantes o partidarios de este movimiento y su voluntad de participar en acciones violentas una vez saliese de prisión, así como «interés en la compra de armas y fabricación de explosivos y posibles lugares como objetivos».
Cuando finalmente salió de la cárcel, contactó con el resto de investigados, todos de nacionalidad argelina y residentes en Barcelona, pero ya estaban bajo el radar de la Comisaría General D’informacio de los Mossos D’Esquadra, que en un año de pesquisas constató que esas personas habían adoptado medidas de seguridad y acreditado su «perfil radical yihadista».
Finalmente, explotó la operación. El pasado martes, los Mossos detuvieron a un total de 17 personas y tras tomarles declaración, pusieron a cinco de ellos a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que dirigía el operativo.
Esas cinco personas, según el conseller de Interior de la Generalitat Miquel Buch, estaban en «avanzado estado de radicalización y tenían la convicción y el propósito de atentar», aunque aún no contaban con los medios para hacerlo, y «formaban parte de una organización criminal que había hecho del delito su ‘modus’ de vida» a través de robos y hurtos.
De hecho, los investigados habían sido observados realizando hurtos, fundamentalmente a turistas, a quienes sustraían objetos que después vendían. En los registros los Mossos encontraron dinero, joyas, droga y ordenadores y teléfonos pendientes de analizar, de acuerdo a la Fiscalía.
El juez Manuel García Castellón dirigió el interrogatorio de estos cinco el miércoles por la tarde y todos negaron cualquier simpatía por el yihadismo violento o intención de promover acciones violentas. Tres de ellos sí reconocieron que tenían una identidad falsa y se dedicaban a robar a los turistas.
Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó que todos fuesen enviados a prisión, pero finalmente, el magistrado acordó que tres ingresaran en la cárcel sin fianza por delito de integración en organización terrorista yihadista y otros dos salieran en libertad con la prohibición de abandonar el país y la obligación de entregar su pasaporte y comparecer periódicamente en un juzgado.