España

La dirección del PSOE escurre el bulto y culpa a Iceta del fracaso en la negociación

Los barones socialistas ya le advirtieron a Pedro Sánchez cuáles serían las consecuencias de pactar con independentistas. Cada vez más solo, con escasos apoyos territoriales, el secretario general siguió haciendo de las suyas encomendando a Miquel Iceta las reuniones secretas con Xavier Domènech (En Comú Podem) para lidiar con el derecho a decidir. Ferraz pensó que ayudaría en las negociaciones de cara a formar Gobierno, pero una vez rotas escurren el bulto echando toda la culpa al catalán.

Algunos dedos de la dirección socialista apuntan ahora a Iceta para acusarle de «traidor» por, según ellos, haber filtrado a los medios la reunión entre Junqueras y Sánchez. El líder socialista tuvo que darle un ‘tirón de orejas’ a Iceta, semanas atrás, cuando se echó en brazos de los independentistas pidiendo un referéndum ‘a la canadiense’. «El PSC llevará a estas reuniones el mismo discurso que se ofrece en Madrid para solventar el desafío independentista: una reforma constitucional», le advirtieron a Iceta desde Ferraz. Ahora que Iglesias abandona las negociaciones, a Sánchez solo le queda admitir ante los suyos que se pasó de frenada al coquetear con Podemos y darles alas con el referéndum. El líder del PSOE debe dar cuentas a los barones que ya acumulan un «enfado monumental». 

Los barones territoriales arremeten con dureza contra la gestión que su secretario general, su equipo y ahora el PSC de Miquel Iceta están llevando a cabo estas semanas sin que se les haya dado información alguna al respecto. A las reuniones secretas con Podemos, se sumaron encuentros furtivos de Pedro Sánchez con el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, y las reuniones a dos entre Iceta y Domènech.

Según fuentes socialistas, entre los barones hay un «enfado monumental» porque sienten que no se les ha comunicado «absolutamente nada» de lo que está ocurriendo y no entienden las reuniones secretas que cada día salpican las portadas de los periódicos, fundamentalmente cuando se tratan de encuentros entre su líder Pedro Sánchez y Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat y número 1 de los independentistas catalanes, algo que ha despertado todo tipo de suspicacias, habida cuenta que existe una resolución firmada por el Comité Federal del partido tras las elecciones de diciembre, en la que queda «completamente claro» que la formación de Ferraz no podrá aceptar el «apoyo por activa o por pasiva» de los independentistas. «¿Para qué se reúnen? Alguien debería explicarnos los objetivos y el contenido de ese encuentro», reivindican fuentes del PSOE.

«¡Vaya transparencia!»

Pero el «enfado» ha ido a más tras trascender los encuentros también secretos entre el líder del PSC y el portavoz en el Congreso de En Comú Podem, Xavier Domènech, máxime cuando este último anuncia de manera oficial en la rueda de prensa de Pablo Iglesias este mismo viernes, que un día antes se había producido «la primera reunión entre los equipos negociadores de ambos partidos para desbloquear la situación en Cataluña».

Según relatan las mismas fuentes, uno de los barones más enfadados es el presidente de Aragón, Javier Lambán, que ya hizo unas declaraciones hace unos días donde planteaba sus dudas sobre las verdaderas intenciones de Sánchez. «¡Vaya transparencia!» exclamaba irónicamente otro de los líderes territoriales la mañana del viernes.

«No vamos a permitir trampas»

Así las cosas, lo cierto es que desde los distintos territorios socialistas se mira con recelo a Madrid y ninguno confía al cien por cien en el secretario general, hasta el punto que advierten: «Que no nos intente hacer trampas, no se lo vamos a permitir, para eso está el Comité Federal que es el que tiene la última palabra y desde luego, con los independentismos, no» y añaden: «Sánchez está intentando conseguir algo malo para España, malo para el PSOE y malo para él».

Por otra parte, el comportamiento del líder del PSC, Miquel Iceta, tiene «sorprendidos» y «muy disgustados» a los líderes territoriales que le acusan de hacer un doble juego y del que aseguran «no entienden muy bien a qué está jugando».

Son muchos los que señalan que en la última reunión en el máximo órgano entre congresos socialista ya se pidió, fundamentalmente desde Andalucía, que «la unidad» en el partido fuera un hecho y que para ello, la dirección debería hacer partícipe al resto de delegaciones de sus planes. De ahí la perplejidad que muestran en estos momentos la mayoría de los barones teniendo en cuenta que no han estado al tanto en ningún momento de las maniobras que Sánchez y su equipo más cercano están desarrollando en este último mes.