José Luis Ábalos: «No sé cuántas veces hay que decir que no vamos a hacer un tripartito»
No hay día en que el candidato del PSC, Miquel Iceta, no sobresalte la campaña con alguna propuesta que deja sin respiración a Ferraz: la condonación de la deuda, la creación de una hacienda propia o, la última y más sonada, el indulto como fórmula para restañar las heridas abiertas en Cataluña. Iceta ha logrado ser el gran dinamizador del debate catalán y, según las encuestas, puede que no le estén yendo mal las cosas.
No obstante, mientras el PSC intenta apelar al derribo de los bloques como estrategia para, desde una hipotética cuarta posición, quién sabe si lograr la presidencia de la Generalitat, el PSOE observa la jugada con tensa calma y esperando que se levante el telón de los pactos postelectorales. José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE, recibe a OKDIARIO a pocos días para que los catalanes participen en unas elecciones prenavideñas que van a marcar no sólo la agenda política de los próximos años, sino muy probablemente también la historia de España de las siguientes décadas.
PREGUNTA.– Llevamos más de un mes con la aplicación del 155. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho que la situación es mejor. ¿Usted cree que estamos mejor?
R.– Las cosas han mejorado si entendemos que hemos dado la posibilidad a la ciudadanía de que se exprese democráticamente. En ese sentido, cada vez que se produce una oportunidad es una mejora. Es cierto también que, como nosotros defendimos, la convocatoria inmediata de elecciones, el debate político, ha ayudado mucho también. El país necesitaba ese debate y que la ciudadanía manifestara su opinión. Por lo tanto, en ese sentido, bien. Ahora bien, es una situación de provisionalidad y hay que ajustarla a esa excepcionalidad. Lo que hay que intentar es recuperar cuanto antes la normalidad.
P.– Las encuestas dicen que, en este momento, hay dos formaciones políticas (Esquerra y Ciudadanos) que se están disputando la victoria. Luego aparece Junts per Catalunya que va escalando posiciones y, tras esta formación, estarían ustedes, el PSC. A bastante distancia, quedarían el Partido Popular y la CUP. Si damos por buenas las encuestas, ¿qué le parece ese escenario?
R.– El debate en Cataluña es un debate sobre independencia o no. Hay dos formaciones independentistas que, por cuestiones de estrategia —una estrategia casi personal porque lo que quiere el antiguo PDeCAT es la nada, es la figura de Puigdemont y su gestión del procés—, es muy difícil determinar dónde empieza y termina una opción u otra: Esquerra y Junts per Catalunya. Es verdad que Esquerra ha perdido posiciones respecto a Puigdemont, le ha robado la cartera el socio. Y, en el otro ámbito, Ciudadanos está como contraposición a Esquerra. Así se visualiza y no deja de ser un problema porque es la manifestación de la fractura de Cataluña. No es una fractura política, es una fractura social que se ha estado negando mucho tiempo por parte de los que se han dedicado a fracturar. Lo que sí es importante es que el PSC, que durante algún tiempo se le daba un papel muy irrelevante, hoy empieza a sonar como una opción de gobierno. Ha tenido una mejoría en las encuestas, pero cada vez más se plantea, en función de la situación, como una opción.
P.– La cuestión ahí es con quién forman ustedes gobierno. Y, sobre esa cuestión, según han dicho, entre otros usted mismo, no piensan apoyar a Inés Arrimadas…
R.– ¿Eso lo he dicho yo?
P.– Bueno, yo tengo aquí unas declaraciones suyas. Pero, si eso es así, ¿no están haciendo fracasar ya de salida al constitucionalismo?
R.– Lo importante es que estamos en campaña electoral. En una campaña, todos los que se presentan tienen que tener la opción y la voluntad de ganar. Si ya de entrada en la campaña uno dice a quién van a apoyar, lo mejor es que se retire. Es como decir “no me votes a mí, yo me presento por presentarme. Vota al otro”. Es absurdo. Veo, no obstante, que hay mucha presión en ese sentido, que no es tanto que se apoye a alguno, sino que abandones tus opciones. En campaña electoral, todo el mundo, incluso aquél que no tiene ninguna expectativa —y me ha citado dos formaciones políticas casi marginales—, tiene que tener derecho a ser una opción y, en todo caso, a tener una cierta relevancia en el resultado final. Nosotros, a día de hoy, sólo podemos anticipar dos cosas: primero, no vamos a apoyar ni a facilitar ningún gobierno que atente contra la integridad territorial de España; y, segundo, no vamos a bloquear la gobernabilidad. Es que nos podemos encontrar con una amenaza secesionista y un problema de gobernabilidad. Eso a mucha gente le angustia, la gente se pregunta si esto va a servir para algo.
P.– ¿Ve usted la posibilidad de una repetición electoral?
R.– No queremos. No es que no lo vea, es que no queremos.
P.– Por tanto, entiendo que usted no dije que no al apoyo a Arrimadas aunque van a esperar a pronunciar tras las elecciones. Pero hay otra teoría y es que el PSC tiene intención de formar un tripartito con Esquerra y los Comunes.
R.– No, eso no lo vamos a hacer. No sé cuántas veces hay que decirlo.
P.– Es un rumor según el cual Iceta sería el presidente y la vicepresidencia iría para Esquerra.
R.– Ésa es la estrategia de Ciudadanos. No, no vamos a hacer ninguna combinación con independentistas.
P.– Y, entonces, ¿qué opciones maneja el Partido Socialista?
R.– Algunos pueden decir que es una opción poco vista, pero es que en Cataluña la situación es muy excepcional. Una situación así requiere soluciones poco habituales. Lo que ocurre allí no es un problema político, es un problema de convivencia y se necesita a alguien capaz de sumar, no de dividir. La sociedad está muy dividida ya, no necesitamos dividir más. Ahora se trata de unir, garantizar la convivencia. La gente lo que quiere es poder defender sus opciones, pero en un ámbito de normalidad. Ése es el objetivo fundamental y, además, recuperar el autogobierno de Cataluña. Éstos querían tanto que se han quedado en menos.
P.– Pero atendiendo a lo que ha dicho Esquerra, si no hay negociación, van a volver a la vía unilateral. Pero eso pasa por admitir un referéndum de autodeterminación. ¿El PSOE estaría dispuesto a negociar esto?
R.– No. Nosotros hemos dicho lo que estaríamos dispuestos a hacer. Nosotros estamos por una reforma de la constitución…
P.– Pero el independentismo no quiere eso, no les vale…
R.– Lo que nos tenemos que ganar es la confianza de los ciudadanos. Tenemos que hacerles ver que lo que les han estado vendiendo ha llegado a esta catástrofe y que si avanzan más, la catástrofe será superior. Nosotros entendemos que hay que dar un modelo territorial a España que permita que todos los territorios se sientan a gusto en España. Y eso pasa por asentar un modelo territorial que en este momento la Constitución no tiene definido, hay que definirlo. No solamente hay que definirlo en el aspecto de la financiación y las competencias, sino también en una cuestión que siempre hemos pasado por alto como la corresponsabilidad, la lealtad, la cooperación entre administraciones. En España no está establecido, que es lo propio de un sistema federal. Hay algunos que, negando lo federal, están casi haciendo una obra confederal. Nosotros en eso no estamos de acuerdo. Nosotros queremos una reforma de la Constitución y que la voten todos los ciudadanos, ahí votan también los catalanes. Después, y de acuerdo con este modelo que diseñe la Constitución, un Estatuto de autonomía que contemple las mayores aspiraciones de autogobierno para el pueblo catalán, pero dentro del orden constitucional.
P.– Pero, insisto, ¿usted cree que eso lo va a comprar el independentismo?
R.– Es que yo no tengo que votar lo que otros quieran. A mí me hace mucha gracia lo del derecho a decidir, eso de “todos tenemos derecho a decidir”. Yo no puedo decidir sobre tu vida, tu identidad. Yo no puedo decidir que mañana te dejes de llamar María y te llames Lola, o que te cambies de sexo, o cambiar el lugar de tu nacimiento. Sobre la identidad de otro no se puede decidir por ninguna mayoría. El debate identitario no se puede resolver con imposiciones. Tu derecho a decidir no puede incluir el mío.
P.– ¿Usted teme que algunos movimientos postelectorales, de producirse, puedan costar un disgusto al PSOE nacional?
R.– Esas desconfianzas…
P.– Usted sabe, porque tiene mucha experiencia política que, si se puede y ustedes finalmente no favorecen un gobierno constitucionalista, eso va a tener una malísima lectura en el resto de España.
R.– Nosotros no somos partidarios de los bloques, es un lenguaje beligerante y de enfrentamiento, no es coherente con esta vocación de sumar y de recuperar la convivencia. En el caso de que haya un bloque constitucionalista, ¿usted cree que puede formarse sin el PSOE? Ciudadanos (que lleva dos días) interpretando a su gusto la Constitución, que no tiene nada que ver con esa obra… ¿Eso es ser constitucionalista? Y el Partido Popular, que nunca aceptó el modelo territorial (ni el Estado de las autonomías le parecía bien). ¿Ésos son lo que tienen que defenderlo? Quedaría un bloque constitucionalista tan espurio…
P.– Estamos hablando de que den los números. Si Arrimadas consigue la abstención de los Comunes, y Ciudadanos, PSC y PP suman, pero ustedes no apoyan el pacto, ¿le puede costar al PSOE apoyos?
R.– Nosotros no vamos a posibilitar ningún gobierno independentista, que no se esfuerce Ciudadanos más en ello. Si después de la demostración que ha hecho el PSC en estos tiempos, poniendo al frente del proceso a sus alcaldes, asumiendo todas las crisis que pudiéramos tener, estableciendo el mayor nivel de colaboración y entendimiento entre el PSC y el PSOE, si después de todas esas demostraciones hay algún tipo de duda, es que no hay ninguna voluntad de confiar. Para nosotros ese límite está claro. Ahora bien, no queremos que haya elecciones nuevas y, por tanto, no queremos bloquear nada. Más allá de presionar al PSC —como hace Ciudadanos—, de arrastrar al PP (que no le veo yo con muchas ganas en eso), también tendrá que hacer algo con Podemos. Estos nuevos que venían a arreglar las cosas y no se hablan.
P.– Bueno han dicho que van a proponerles un pacto social…
R.– Pues que empiecen, porque a esta hora las relaciones no son muy buenas.
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