España

Interior desconoce 4 días después de la tragedia cuántos desaparecidos hay tras recibir 2.500 denuncias

El Gobierno de Pedro Sánchez, a través del Ministerio del Interior, desconoce la cifra de desaparecidos por la DANA

Hay 2.500 denuncias de desaparición, pero Interior desconoce la cifra tras 4 días

  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Cuatro días después de las letales inundaciones que ha sufrido el Levante, el Gobierno sigue sin saber cuál es la cifra de desaparecidos, tras haber ido recibiendo los servicios de emergencias 2.500 denuncias, de las que se calcula que 600 han quedado resueltas porque han aparecido sanos y salvos. El último dato facilitado por el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, certifica el desconocimiento. Lo dio este viernes por la noche, cuando se acababa de actualizar la lista oficial de fallecidos: 207 muertos por la DANA hasta la pasada medianoche.

Numerosas personas claman desesperadamente allá donde pueden por sus seres queridos de los que nada saben. Lo hacen intentando contactar telefónicamente con Emergencias, lo hacen también a pie de calle, ante las cámaras y micrófonos de los medios de comunicación con los que se cruzan en su deambular, a menudo exhibiendo una foto de aquel a quien buscan. Pero las autoridades aseguran desconocer cuántos faltan, a cuántos se busca, en un apagón informativo en este particular poco habitual en estos tiempos en países mínimamente homologables a España, cuando lo normal es que, ante tragedias, se ofrezcan datos no sólo de muertos sino también de desaparecidos. Más aún si han pasado los días que ya han transcurrido en este caso.

«Es imposible saber el número de desaparecidos y no sería prudente por mi parte dar una cifra». Así se despachó el ministro Grande-Marlaska la pregunta que al respecto le hicieron en la Cadena SER. En esta tragedia que sufre España, en vez de hablar de desapariciones las autoridades prefieren usar un parámetro distinto, el de llamadas telefónicas recibidas por el servicio de emergencias 112 en las que se ha notificado una desaparición por las inundaciones. Sin más. Y ahí se enroca toda versión oficial al respecto, cuando en la zona arrasada afrontan este sábado su cuarto día tras las mortíferas avalanchas de agua y lodo que se llevaron por delante vidas y bienes.

«No se han barajado los datos de 1.900 desaparecidos, esas son las llamadas que recibe el 112 diciendo que no encuentran a sus familiares, pero eso obedece en su mayoría a los fallos de comunicación», dijo el ministro este sábado por la noche. Pero, en sentido estricto, ni siquiera esa exposición se ajusta a la realidad, porque la cifra de Emergencias que ha ido trascendiendo desde la tragedia es de 2.500 llamadas sobre desaparecidos, en números redondos. Los 1.900 serían los casos notificados y no resueltos, es decir, descontados ya los desaparecidos que han sido localizados con vida.

«Además –continuó Marlaska este viernes por la noche–, la gente que finalmente encuentra a sus familiares no lo reporta, por lo que no se pueden hacer esos vaticinios. Las valoraciones en ese sentido nos llevarían al error y no generarían confianza», ha explicado Grande-Marlaska.

La Generalitat valenciana secunda la posición adoptada al respecto por el ministro del Interior. A preguntas de OKDIARIO, este viernes por la tarde fuentes de la Administración autonómica se manifestaron en similares términos a los que horas después utilizó Grande-Marlaska en esa entrevista radiofónica. A partir de ahí, incógnita absoluta. Cuatro días después de la tragedia, sigue sin haber una cifra oficial de desaparecidos, mientras la cifra de muertos sigue aumentando conforme se van encontrando cadáveres en un escenario de destrucción en el que también crecen las quejas de quienes claman por una ayuda que no llega para cubrir las necesidades vitales más básicas, como el agua potable y comida, crucial especialmente para los más vulnerables: bebés y ancianos.