El INE deja a Sánchez como mentiroso: ocultó 18.557 muertos de la primera ola del coronavirus
España supera ya los 75.000 muertos por coronavirus, 32.000 más de los que da el Gobierno
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El Gobierno de Pedro Sánchez ocultó un total de 18.557 muertos por el coronavirus durante la primera ola de la pandemia, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre los meses de marzo y mayo no murieron los poco más de 28.000 españoles que reconocía el Ministerio de Sanidad, sino que la cifra superó los 45.000, ajustada al cálculo que ha venido realizando a diario OKDIARIO y que refleja que el Gobierno manipuló el conteo para reducir el impacto real del virus en la mortalidad nacional.
Era un secreto a voces que poco a poco va desvelándose en las estadísticas oficiales de la pandemia: el Gobierno mintió al calcular los muertos del coronavirus. Y lo hizo con un desfase de cifras importante, con un 68% más muertos de los reconocidos. Mientras Sanidad dejó el contador en 27.091 defunciones, los registros civiles -fuente del estudio del INE- las han elevado a 45.648 muertes por enfermedades infecciosas relacionadas directamente con la Covid.
Fueron muchas las voces que advirtieron la pasada primavera que el sistema de conteo de muertos oficial del Gobierno de Pedro Sánchez dejaba fuera a miles de fallecidos. Así lo advirtieron las residencias, los sanitarios e incluso las propias funerarias, que experimentaron un volumen de trabajo muy superior al que reflejaban las cifras oficiales. El ‘truco’ del Gobierno fue restar de la ecuación a todas aquellas muertes que se hubiesen producido con los síntomas de la COVID-19, pero que no hubiesen sido diagnosticados como tal con una prueba PCR. Lo que la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea denominan «casos sospechosos». La OMS dio en los últimos meses hasta 127 avisos a España para que lo hiciese.
Eso, en la práctica, se concretó en dejar fuera de las estadísticas de mortalidad a miles de fallecidos en residencias de ancianos a los que, tras enfermar, no fueron sometidos a test diagnósticos. La falta de estas pruebas -en parte, por la cascada de pedidos de material defectuoso de las primeras semanas- y la saturación de los laboratorios donde se procesaban impidió hacer efectiva la certificación de la enfermedad en los organismos de estos mayores. El Gobierno decidió sacarlos de la factura mortal que dejó la pandemia entre el pasado 1 de marzo y el 31 de mayo.
Según los datos desgranados ahora por el INE, de los 45.648 muertos contabilizados, 32.652 defunciones se produjeron con el virus «identificado» y otras 13.032 fueron registradas como «sospechosas» de tener el virus. El número total de muertes en la categoría de «enfermedades infecciosas y parasitarias» ascendieron a 48.393 (el desfase con los 45.648 del Covid representa a muertos por otros virus).
Por meses y comunidades
Por meses, el de abril fue el que acumuló mayor exceso de mortalidad no reconocida por el Gobierno, tanto porcentualmente como en bruto. Mientras Sanidad admitía como oficiales 15.672 fallecidos, la cifra real que ahora se conoce asciende a 26.305. Un total de 10.633 muertos bajo la alfombra.
Además, según el INE, «las enfermedades infecciosas, que incluyen COVID-19 virus identificado y COVID-19 sospechoso, fueron la segunda causa de muerte (20,9% del total), superando a los tumores (20,4%)». La primera causa mortal en esos días fueron las enfermedades del sistema circulatorio, que representaron un 23%.
Por comunidades, Madrid fue la región que más letalidad bruta registró en esos primeros meses de pandemia, alcanzando los 14.718, seguida de Cataluña con 10.754 y de Castilla-La Mancha con 4.897.
Más de 75.000 muertos
Eso en lo referente a la primera ola, pero en la segunda ola la situación de descontrol en el análisis de la mortalidad se ha vuelto a repetir. Hasta el pasado mes de noviembre, Sanidad no adoptó el sistema de conteo que le venía recomendando hace meses la OMS, y que es el que siguen todos los países: cada caso sospechoso se apunta como muerte oficial de la Covid.
El pasado 25 de noviembre, OKDIARIO se hacía eco de los resultados del estudio del INE sobre mortalidad, en los que se cifraba en 75.175 los fallecidos en exceso que deberían ser contabilizados como muertos por la pandemia.
Esos 75.000 muertos superan ampliamente, en más de 32.000 decesos, los 43.668 que el Gobierno de Pedro Sánchez reconocía oficialmente hasta entonces. Conscientes del desaguisado estadístico generado por el intento de reducir la cifra, el Ministerio de Sanidad comenzó a actualizar las series históricas apuntando a diario entre 300 y 500 fallecidos diarios correspondientes a días, semanas e incluso meses anteriores. No eran muertos de las últimas 24 horas, pero se daban como tal.
El resultado de esta táctica fue el desconcierto total: comenzaron a ofrecerse datos erróneos de mortalidad diaria que desdibujaban el verdadero impacto mortal de la segunda ola en su tramo final. Así, mientras Sanidad apuntaba a cifras récord de mortalidad en un sólo día a finales de noviembre, con 537 fallecidos, el número real apenas alcanzaba los 170.
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