Iglesias vuelve a las trincheras: «Por nuestras venas corre sangre de luchadores antifranquistas»
«El ‘golpe’ de Felipe González tuvo éxito y nos han entregado la oposición», dijo triunfante el líder de Podemos, Pablo Iglesias. El secretario general de la formación morada quiso hacer una exhibición de fuerza y unidad con una arenga hacia las bases. Bases divididas entre lo que él llamó «el radicalismo» y «el discurso moderado» que intentó soterrar. Bases que no pudieron escuchar ni una palabra de la boca de su ‘número dos’, Íñigo Errejón, porque solo hubo una hora para que Iglesias hablara. «A las 20:30 tenemos que abandonar el cine y solo da tiempo a cuatro preguntas de los asistentes», señalaron los responsables de Organización.
Un acto plagado de contradicciones en el discurso de Iglesias, quien quiso reactivar a las bases con su alegato radical e incendiario para, a la vez, neutralizar la «campaña del miedo» hacia Podemos que achaca, por supuesto, a los medios de comunicación. Así, Iglesias habló de que «es imprescindible podemizarse»; «hay que construir contrapoder en los bares y discotecas»; «necesitamos a una militancia que lleve el combate a la sociedad civil» o «por nuestras venas corre la sangre de los luchadores antifranquistas» para, quizás, hacer creer en ese cine y a oscuras que la Guerra Civil Española se sigue recreando, que todo son bandos y que tienen que formar parte de uno obligatoriamente. «¿Estás conmigo o contra mí?», según la Biblia y más tarde fue Lenin: «Cada hombre debe elegir entre nuestro lado o el otro lado». Nada nuevo bajo el sol y, en este caso, bajo la estrategia de Pablo Iglesias.
«Arremangarnos y cavar en las trincheras»
Con frases de este tipo, y ‘antierrejonistas’, animó a la militancia: «Para ser más, tenemos que empezar a arremangarnos y cavar en las trincheras de la sociedad civil. Frente a los partidos de cuadros, donde todos cobran, nosotros necesitamos una militancia que lleve el combate de Podemos. Hace falta sindicalismo con coraje de una vez» continuando con las proclamas más duras: «Por nuestras venas corre la sangre de luchadores antifranquistas. Corre de la sangre de los que representaron al movimiento obrero y debemos asumir el ‘empoderamiento’ militante», zanjó Iglesias.
También tuvo tiempo para atizarle a sus compañeros de partido como son Izquierda Unida: «Es imprescindible ‘podemizarse’ para no convertirse en cargos públicos como les ocurrió a otras formaciones de la izquierda». A Iglesias le preocupa la plurinacionalidad que defienden en algunos territorios como en Cataluña pero ya anticipa que «no lo entiende todo el mundo». De nuevo faltando a la gente. «Cuando decimos que nuestro país es plurinacional, a sabiendas de que no lo entiende todo el mundo… Tenemos un compromiso, no con las corrientes ni con nuestro partido, pero sí con nuestro país», dijo rotundo.
Apropiarse de la oposición
Pero sin duda, si algo quiere Iglesias con todas sus fuerzas, ya que no tiene el Gobierno, es la oposición. El secretario general de Podemos se ha apoderado de la oposición dando por hecha la abstención del PSOE a Mariano Rajoy y que los socialistas pasarán a formar parte de ese Gobierno. Algo falso que hasta el momento no se ha producido. Iglesias hizo creer a las bases que «el desafío que tenemos es asumir la herencia que nos han dejado (los socialistas), que es la oposición», señaló en su discurso.
A partir de ahí, Iglesias comenzó a ‘machacar’ aquello que siempre adoró en público como la figura de Felipe González. El líder de Podemos ha pasado de llamarlo «gran dirigente» a ‘golpista’ diciendo que «su golpe ha tenido éxito y nos han entregado la oposición». Peor todavía fue la parte de su discurso donde habla de Alfredo Pérez Rubalcaba para referirse a González: «¿Os acordáis cuando le dije a la cara el problema no es que seas socialista, es que siquiera eres patriota porque un patriota nunca aceptaría que un ex presidente pueda terminar comprado por una empresa del Ibex 35?», contó a los asistentes.
Iglesias señaló al PSOE como único culpable de la situación de bloqueo político que sufre España desde diciembre del año pasado porque «no tomaba una decisión». «Ya la ha tomado», sólo queda definir «cómo darán el gobierno al Partido Popular», dijo. «Tendrán que determinar matices, si un poquito de abstención o mucha», zanjó.
El secretario general tampoco se olvidó de la prensa, ahora su más temido enemigo, diciendo a los militantes que «no se crean lo que dicen los editoriales». De hecho, Podemos se olvidó de la prensa una vez más. La organización del partido colocó a los periodistas al final del cine sin posibilidad de acercarse para cubrir el acto desde cerca. Una imagen muy relevante de cómo quieren que sea el partido a partir de ahora.