España

La Guardia Civil acusa a Tersa y Eloi Badia de provocar enfermedades a los vecinos de Barcelona

El actual diputado de Sumar figura como principal investigado por la presunta emisión de partículas contaminantes

La incineradora Tersa, bajo el amparo del Ayuntamiento de Barcelona, ha sido señalada por la Guardia Civil como una amenaza directa a la salud de los vecinos. El ex concejal de Emergencia Climática de Barcelona y actual diputado de Sumar, Eloi Badia, se encuentra bajo investigación por su presunta implicación en este atentado medioambiental. Según un informe del Seprona, la empresa municipal Tersa «ha jugado con la salud de los ciudadanos, manipulando temperaturas de incineración y emitiendo partículas contaminantes sin el menor remordimiento».

Badia defendió las prácticas de Tersa ante la justicia, alegando cumplimiento normativo, algo que contrasta con la realidad expuesta por la Guardia Civil, que desmonta cualquier pretensión de legalidad en las operaciones de la planta. El informe del Seprona no sólo cuestiona la integridad de los procesos de combustión, sino que también vincula directamente la exposición a las emisiones de Tersa con «un aumento en los casos de cáncer y mortalidad entre los residentes cercanos».

Datos falsos

El informe del Seprona sostiene que no se puede garantizar que los procesos de combustión ocurran de manera que aseguren la eliminación de contaminantes. Entre estos, se destaca la presencia de dioxinas, un agente contaminante cancerígeno. La falta de alcanzar el nivel de temperatura establecido conlleva el riesgo de emitir residuos tóxicos a la población. Además, se citan investigaciones que respaldan la idea de que las personas que viven cerca de incineradoras sufren efectos adversos en su salud, incluyendo un aumento en los casos de cáncer y una mayor tasa de mortalidad relacionada con esta enfermedad, junto con otros problemas de salud.

Según la Guardia Civil, «es poco plausible que se haya llevado a cabo la incineración de desechos en los tres hornos de la fábrica utilizando temperaturas extremas de calor y frío», como lo indican los registros de Tersa. Se argumenta que «resulta poco probable que los residuos se hayan descompuesto en un rango tan amplio de temperaturas, que va desde los 4.000 a los 9.900 grados». Además, se añade que «en la actualidad no se puede justificar el uso de temperaturas superiores a los 2.400 grados con termopares», que son medidores industriales.

Movilización vecinal

La comunidad ha levantado la voz a través de la plataforma vecinal Airenet, denunciando la manipulación de datos y la exposición a sustancias cancerígenas. Este caso de Tersa y sus defensores en la administración es un reflejo de cómo la opacidad y la desidia institucional ponen en jaque la salud pública.

Además, afirman rotundamente que la planta de tratamiento de residuos está manipulando los datos de emisiones de sustancias cancerígenas que deberían ser controladas por la Generalitat. La plataforma vecinal no escatima en denunciar que esta incineradora pública está operando por encima de los límites de temperatura establecidos por la ley, poniendo en peligro la salud de los ciudadanos. Airenet ha intervenido como acusación particular en el proceso judicial contra Tersa y expresan su profunda frustración por la falta de transparencia de Tersa, instando tanto a la planta como a las autoridades públicas a que escuchen las demandas de los ciudadanos.