El Gobierno vasco ofrecerá clases de peluquería y «jardinería terapéutica» a Txapote y otros 69 etarras
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Dentro de su plan particular de reinserción de presos, el Gobierno de Iñigo Urkullu está buscando profesores para impartir cursos de formación en la prisión de Álava destinados a los presos. El centro penitenciario de Zaballa es, precisamente, la cárcel donde se ha concentrado mayor población reclusa etarra -prácticamente el 50%- desde que el Gobierno de Pedro Sánchez certificó el fin de la dispersión con su política de acercamientos. Allí cumplen condena, todavía, terroristas como Javier García Gaztelu Txapote o María Soledad Iparraguirre Anboto. Ahora podrán recibir cursos de estética, peluquería, cuidador social, jardinería y horticultura. Y les darán puntos de cara a salir de la cárcel anticipadamente.
El Gobierno vasco está inmerso en el proceso de contratación de este «Servicio de Personal Docente para la Impartición de Cursos en el Centro Penitenciario de Araba», un plan para el que ha destinado cerca de 50.000 euros. La adjudicación depende de Aukerark, la agencia de reinserción creada por Urkullu para ofrecer salidas profesionales a los presos que estén bajo su control.
Por medio de este contrato, la consejería vasca de Interior ofrecerá a los presos de la cárcel de Zaballa una serie de cursos de reorientación profesional enfocados a tres áreas: estética, cuidados sociales y jardinería. Los cursos tienen una duración de entre 230 y 360 horas, e incluye también prácticas laborales.
De esta forma, los 70 presos de ETA que quedan en Zaballa, entre los que hay nombres como Txapote, Anboto, las hermanas Gallastegi, Iñaki Krutxaga, Iratxe Sorzabal y muchos otros, podrán optar por recibir formación como peluqueros o obtener un diploma de «horticultura terapéutica». Y con ello, obtendrán una buena cantidad de puntos de cara a la revisión de sus condenas y la obtención del ansiado tercer grado que les pone en la calle.
Terceros grados
Tal y como recuerda el Gobierno vasco, las atribuciones y objetivos de la agencia de colocación de presos incluyen «promover la orientación para el empleo en la última fase de la condena o en el régimen de semilibertad y colaborar con otras instituciones o entidades en la continuidad del itinerario de inserción socio laboral de dichas personas».
Cabe recordar que el Gobierno vasco ya ha dado el tercer grado -y con ello, el régimen de semilibertad- a un total de 43 presos de ETA. Sin embargo, por la acción de la Fiscalía y la Audiencia Nacional, se han recurrido ya 30 de esos casos. Muchos de los etarras han tenido que volver a la prisión.
Uno de los últimos en recibir el rechazo a su puesta en libertad, y que ha tenido que volver a prisión, ha sido Juan Manuel Inciarte. La izquierda abertzale y los colectivos de presos han montado una campaña para protestar por esta decisión, alegando que los 14 años que ha pasado en la cárcel son suficientes para dar por cumplida su pena. Sus delitos: matar a dos policías y a la mujer de uno de estos. Estaba embarazada.
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