'caso Koldo'

El Gobierno de Sánchez utilizaba a Aldama y sus contactos para meter empresas estatales en Latinoamérica

Aldama trató de introducir el tren español en México y de poner en marcha líneas de avión

Aldama Pedro Sánchez
Víctor de Aldama, comisionista del 'caso Koldo'. (Foto: EP)

El Gobierno de Pedro Sánchez utilizaba a Víctor de Aldama y a su red de contactos internacionales para tratar de introducir las empresas estatales en países de Latinoamérica. El comisionista presumía de tener excelentes relaciones con el régimen venezolano, así como con las autoridades mexicanas, a quienes recibió en los ministerios dependientes del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Su actividad se centraba, principalmente, en el Ministerio de Fomento, que presidía entonces José Luis Ábalos y que trataba de expandir las compañías españolas en el extranjero. Aldama llegó a Ábalos y a otros altos cargos del PSOE gracias a Koldo García, que pasó de ser el chófer del ministro a su asesor estrella.

Aldama llevaba años haciendo negocios en la empresa privada cuando comenzó a acercarse al Ejecutivo de Pedro Sánchez para lograr contratos millonarios como comisionista de la Administración. El empresario tenía importantes relaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro y con altos cargos de la política mexicana, lo que llamó la atención de Koldo, que se interesó en él para fraguar negocios. La vía diplomática, que estaba controlada por la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, no se contemplaba y en Fomento se decidió llevar las empresas españolas a Latinoamérica a través de Aldama.

El Gobierno de España había conseguido introducir a Renfe en Las Vegas o hacerse con aeropuertos en Brasil a través de Aena y Aldama fue visto como el empresario que podría ayudar en otras gestiones de expansión internacional de empresas. Tal era su grado de integración que aparcaba sus lujosos coches al lado del ministro y era muy conocido en el complejo de Nuevos Ministerios. Su hermano, el policía Rubén de Aldama, formaba parte de la escolta del ministro de Fomento, aunque no era el jefe de escoltas y no tenía una estrecha relación con Ábalos. Pero Aldama sí tenía contacto con su asesor, que recurrió a él para conseguir negocios.

Uno de los contratos para los que fue requerido fue para tratar de introducir a la empresa pública Ineco en la construcción del tren Maya en México. «Él sabía de mí, digamos de mis conocimientos y de mi llegada al gobierno de México y los contactos que tenía en México. Entonces ahí me pide que si les puedo echar una mano», explicó Aldama al juez, asegurando que era agregado comercial en la ciudad de Oaxaca. El comisionista tenía relación personal con el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat. También conocía a senadores mexicanos a los que llevó a reuniones dentro del ministerio.

Los negocios en torno a la Administración dependiente de Sánchez también se extendieron al mundo aeronáutico. Aldama fue nombrado asesor de AirEuropa y trató de implantar una línea aérea semanal que conectara Madrid con Oaxaca. Para ello, utilizó a sus contactos en el ministerio y llegó a llevarse a altos cargos de Fomento hasta el país centroamericano. Justo un día antes de que viajaran a México fue cuando coincidió con Pedro Sánchez en un mitin en el Teatro de La Latina de Madrid, en el que Aldama asegura que el presidente le dio las gracias por estas gestiones que estaba haciendo por el Gobierno de España.

Ya en 2020, el Gobierno volvió a recurrir a él para traer mascarillas a España tras estallar la pandemia por coronavirus. Aldama ofreció sus contactos para conseguir aviones y trajo de China el material sanitario solicitado. Los contratos se adjudicaron a la empresa Soluciones de Gestión, que acabó embolsándose 53 millones de euros. Aldama ha admitido ante el juez que cobró casi seis millones de euros de comisión por este negocio que hoy se investiga en la Audiencia Nacional.

Tras ello, en noviembre de 2020, medió para lograr el rescate de AirEuropa a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Las negociaciones no fueron fáciles, ya que intervinieron cuatro ministros que, finalmente, dieron su brazo a torcer y salvaron la aerolínea con 475 millones de euros públicos. Fuentes consultadas señalan que lo hicieron por ser una empresa estratégica para el país y porque era la última compañía aérea española que quedaba. Aldama también estaba presente en este negocio. 

El grado de infiltración de Aldama dentro del Ejecutivo de Pedro Sánchez era tal que también hacía labores diplomáticas en Venezuela. El comisionista actuaba como interlocutor entre el chavismo y España y llegó a organizar una visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, de la que estaban informados Pedro Sánchez y varios ministros, a pesar de las sanciones. Aldama era una figura clave dentro del Gobierno socialista y asegura que tiene pruebas de ello

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