España
Indultos 1-O

El Gobierno culpa al Supremo de que Europa no entienda por qué fueron condenados los indultados

El Gobierno de Pedro Sánchez ha concedido el indulto a nueve de los condenados por sedición y malversación en el juicio del procés. Según las fuentes cercanas al Ejecutivo consultadas por OKDIARIO, una de las razones clave de la concesión de la medida de gracia es que desde Europa no se ha entendido por qué varios líderes políticos acabaron en prisión porque el Tribunal Supremo impuso una penas de prisión que fueron demasiado elevadas. Ahora, todos ellos han sido indultados.

Las mismas fuentes añaden que, aunque los hechos ocurridos en 1 de octubre de 2017 fueron muy graves, aquellos que los cometieron ya han sido juzgados y condenados. Es más, dicen que han cumplido tres años y medio de cárcel. Aseveran que son líderes políticos en prisión y que, en una democracia occidental, es algo excepcional. Un hecho que a su juicio no se han entendido fuera de España pues las penas tan elevadas impuestas por el Tribunal Supremo sólo conseguían victimismo.

Explican que el Ejecutivo de Sánchez lo que quiere es pasar página, y que con los indultos se ha conseguido pese a los errores de todos, especialmente del sector independentista.

El Gobierno justifica lo ocurrido este martes basándose en que el diálogo es el único cauce que ha resultado eficaz en España en momentos muy graves de su historia como, a su juicio, ocurrió cuando se firmó la Constitución entre personas que se enfrentaron en una guerra.

Vía política

En cuanto a la parte que afecta al Supremo, exponen las fuentes que ya ha habido una vía judicial y una sentencia que es firme y que no se ha revocado por parte del Gobierno, pero que la consecuencia de ese fallo judicial ha sido de más de 1.300 días en prisión de los condenados ahora indultados. Aseveran que con su decisión de este martes se abre la vía política, que es una medida habitual en todos los países.

Para justificar su decisión, desde el Ejecutivo se habla de la utilidad pública de la medida tomada. Creen que es un primer paso, aunque no es el final del camino, para restablecer la concordia y la convivencia. Explican que quieren normalizar las relaciones constitucionales y afectivas entre España y Cataluña para mejorar la situación política, pero también la económica.

Aseguran las fuentes del Gobierno de Sánchez que la presión era el principal escollo para hablar tanto con los catalanes, como con el resto de los españoles. Pero que todas las partes se tienen que escuchar para que, algún día, pueda haber un entendimiento entre todos. Y sobre ese entendimiento, dicen que el diálogo es el único cauce que ha resultado eficaz en España.

Es más, exponen que deben convencer a aquellas personas que se encuentran más alejadas de los postulados constitucionalistas porque la propia Constitución protege a todo el mundo, incluso a los que la denigran, pues en ella cabe la defensa de todo tipo de ideas.

En cuanto a las palabras del sector independentista de que “lo volveremos a hacer”, en clara referencia a un nuevo referéndum ilegal u otra declaración unilateral de independencia, dicen desde el Gobierno que los indultados no lo volverán a hacer porque la inhabilitación se mantiene íntegra, por lo que no podrán tener cargos públicos y, por otro lado, porque los indultos vienen condicionados a no volver a delinquir.

También aseguran que se sentarán en la mesa de diálogo y se echarán las horas que haga falta hasta que se logra alcanzar una salida negociada a lo que, desde el independentismo, tildan de conflicto con España.