CRISIS MIGRATORIA

Francia acelera la devolución de inmigrantes por Irún mientras apenas hay retornos desde España

Las autoridades galas expulsan semanalmente a cientos de inmigrantes que han entrado ilegalmente desde nuestro país

La Guardia Civil acaba de desarticular otra banda criminal que se lucraba con los traslados al otro lado de la frontera

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Francia inmigrantes Irún
La Gendarmería francesa y la Guardia Civiles desarticulan bandas de traslado de inmigrantes a través del puente de Irún.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

La última cifra reconocida por el Gobierno francés estaba cerca de los 20.000 inmigrantes devueltos a través de la frontera española. Las fuentes consultadas por este periódico apuntan a que a estas alturas de 2021 esa cifra puede haberse llegado a duplicar debido a la política y prácticas de devolución del país vecino, que no deja de ser una constante muy extendida en Europa: a los inmigrantes ilegales interceptados en tránsito se les devuelve al lugar del que ellos digan haber venido justo antes de entrar en territorio nacional. En el caso de Francia ese lugar es España. Irún es el lugar por donde mayor número de estos inmigrantes son devueltos a España, mientras el Estado español se enroca en complicadas y lentas devoluciones a los países de origen.

Hace unos días la localidad guipuzcoana de Irún amanecía con más de 100 personas en sus calles que la noche anterior. Se trataba de otra devolución masiva de inmigrantes ilegales que habían llegado a entrar en Francia y que los franceses interceptaron para expulsarlos de manera inmediata. ¿Expulsarlos a dónde? A España, lugar de salida de esas personas antes de llegar a Francia. En los últimos tiempos los galos han endurecido la vigilancia fronteriza con nuestro país, mucho más desde la crisis migratoria de Canarias, pero muy especialmente desde que comenzaron a practicarse detenciones contra presuntos yihadistas que habían entrado a nuestro país a través de los flujos de inmigración irregular.

Ahora las expulsiones se han disparado llegando a detectarse entradas furtivas a territorio español por parte de patrullas policiales llegadas desde territorio francés para dejar en suelo español a inmigrantes ilegales por docenas, lo que convierte la zona en un permanente trasiego que más se ha convertido en un juego del ratón y el gato entre inmigrantes, las mafias y las policías de los dos países. Porque esa es otra peculiaridad de esta frontera: el puente de Irún sobre el río Bidasoa. A un lado España, al otro Francia, y de un tiempo a esta parte ha sido el lado francés el que ha ido reforzando la vigilancia para evitar el coladero en el que se había convertido el citado puente.

Francia argumenta motivos de seguridad 

Ese aumento de la seguridad ocasionó un incremento en la actividad de las bandas mafiosas que sobre todo en Irún, aunque también operan en zonas de Navarra, buscaban inmigrantes ilegales acogidos por organizaciones no gubernamentales a los que ofrecían la posibilidad de entrar en el país galo a bordo de coches particulares que penetraban en Francia usando carreteras secundarias, una de esas bandas acaba de ser desarticulada por la Guardia Civil. Sólo ese grupo es presuntamente responsable del traslado de unos 300 inmigrantes en apenas dos meses desde España hasta localidades francesas como Burdeos o Bayona.

El problema es que el flujo migratorio es totalmente desigual. Francia seguirá devolviendo unilateralmente inmigrantes ilegales a España porque, entre otras cosas, ésa es la misma política con la que otros países, como Reino Unido, trata a los franceses, a quienes los ingleses acaban de amenazar con devolver de inmediato a costas francesas cualquier embarcación de ilegales que atraviese el Canal de la Mancha.

Mientras tanto España sigue enrocada en el laberinto de las devoluciones a África. Al ser el nuestro un país que conforma frontera geográfica entre el continente africano y Europa, España practica devoluciones a los países de los que son originarios los inmigrantes ilegales. Sólo la comprobación veraz del origen de estas personas, los convenios firmados con esos países y los estudios de las solicitudes de asilo eternizan los procesos de devolución con lo que el conteo de personas que llegan ilegalmente a España sigue aumentando. En los dos últimos años la cifra será ya de 60.000 personas las que han sido interceptadas llegando a España y de las que una enorme mayoría se queda en nuestro país tras encontrar problemas fronterizos como los que Francia les ocasiona en el caso de Irún.

La alternativa sería imitar a los franceses. Las fuerzas policiales españolas establecen que Argelia y Marruecos son los mayores emisores de inmigración ilegal hacia Europa a través de España, pero la devolución en caliente a esos países sólo se ha llevado a cabo en casos extremos con el reciente asalto a la frontera de Ceuta. El resto de las llegadas, sobre todo las que se producen en Canarias, provienen también de Marruecos, pero sobre todo de Mauritania, Gambia o Senegal, y las devoluciones tampoco son todo lo ágiles que deberían ser para mantener el equilibrio del flujo migratorio. Llegan muchas más personas de las que son devueltas. España no aplica políticas unilaterales con esos países, sino que negocia esas devoluciones.

Y en esas negociaciones las cifras son paupérrimas. Por ejemplo, Marruecos pactó con España aceptar un cupo del 10% de devoluciones con respecto a entradas. Sin contra el asalto a la valla de Ceuta este año se calcula que ya han llegado más de 6.000 marroquíes a España desde el norte de Marruecos. Si se cumple el cupo sólo se podría devolver a 600 marroquíes a su país. Las cifras lo dicen todo.

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