España

Felipe González compara a la Generalitat con Maduro: «Cataluña es lo más preocupante en 40 años»

El ex presidente Felipe González ha reconocido este martes que le preocupa «muchísimo» la situación en Cataluña, hasta el punto de que este asunto es lo más le ha preocupado «en los últimos cuarenta años», si bien se ha mostrado convencido de que puede tener solución «entre demócratas». González ha equiparado el régimen dictatorial de Nicolás Maduro con el órdago secesionista en Cataluña y ha pedido «por favor» a las autoridades catalanas que vuelvan a la legalidad y pongan fin a esta «peligrosa aventura» que ha generado una «dramática crisis de Estado».

González ha hecho esta breve declaración a su llegada a un foro de empresarios de Madrid, donde intervendrá a lo largo de la mañana y en el que participan otros dirigentes políticos como Alberto Ruiz Gallardón.

«No tengo nada que decir, no quiero decir nada; algo diré ahí dentro, pero poco», se ha limitado a contestar a los medios que le esperaban a la entrada.

No obstante, al ser preguntado si le preocupaba la situación en Cataluña, González ha señalado que le preocupa «muchísimo». «Lo que más me ha preocupado en los últimos cuarenta años», ha dicho.

Una vez en el foro, durante su intervención en la II Asamblea General de Madrid Foro Empresarial, González ha tenido también palabras para el Gobierno de Mariano Rajoy, a quien ha solicitado que «cumpla con su obligación».

Según ha precisado, él no hubiera utilizado la vía penal ni la vía jurídico-institucional y hubiera optado por la vía política y por los instrumentos que le da la Constitución para intentar solucionar el problema catalán. «No me gusta hacer política amparándonos bajo las togas», ha señalado.

González ha sido especialmente duro con los independentistas, y a los que como el diputado de ERC Gabriel Rufián dicen que el 1 de octubre «van a enterrar a Franco», les ha acusado de estar azuzando «las dos Españas». «Ustedes están resucitando a Franco», ha sentenciado.

Por eso, ha insistido en rogarles que «rectifiquen» y que vuelvan a la legalidad para que ellos mismos recuperen la legitimidad. «Vuelvan a la legalidad del Estatuto y de la Constitución, por ese orden, y, a partir de ahí, parlarem», ha apostillado utilizando el verbo en catalán.

Con esas palabras se ha referido a la posibilidad de tener que reformar la Constitución, algo en lo que él no tiene ningún reparo, pese a considerar que el texto constitucional resiste la comparación con cualquier carta magna del mundo.

La Constitución y el modelo de Maduro

«Hay que respetar la ley incluso para cambiarla», ha insistido, y ha opinado que saltarse la ley es volver «a la selva». «Yo siempre fui un reformista de mierda, no un revolucionario», ha admitido entre risas, antes de alertar de que, sin embargo, «una cosa es reformar y otra centrifugar» y romper la cohesión.

El ex presidente se ha detenido en reflexionar sobre lo que está ocurriendo en Cataluña, que «se parece mucho» a lo de Venezuela, donde Maduro perdió las elecciones por sufragio universal a la Asamblea y «se inventó» otra asamblea nacional constituyente (ANC). «No confundir con otra ANC», ha ironizado en alusión a la entidad catalanista.

Sin pasar por el sufragio universal, «decide crear una legitimidad originaria para marcar los destinos de su país en contra de la constitución que ellos mismos habían aprobado», ha dicho hablando de Venezuela y del secesionismo catalán.

También ha advertido de que la situación en Venezuela no se recupera con las simples apelaciones al diálogo, porque «el diálogo se queda vacío de contenido cuando no conduce al pacto y a la reconciliación, cuando no se negocia de verdad».

Además, ha pedido el «amparo» del Govern para su «amigo» Joan Manuel Serrat, muy criticado, sobre todo en las redes sociales, por cuestionar el referéndum secesionista del 1 de octubre. «No me preocupa tanto que lo insulten en las redes, lo que me preocupa es que sus representantes políticos como ciudadanos no salgan al paso para defenderlo como ciudadano», ha señalado, lo que ha levantado los aplausos de los asistentes al foro.

Luego, ante los asistentes, entre quienes estaban políticos como Alberto Ruiz Gallardón, Pablo Casado y Joaquín Leguina, ha confesado que en ocasiones se guarda de expresar sus opiniones para no contribuir a crear más confusión y porque, a veces, se siente «bastante solo y nadando contra corriente».