El etarra Urrusolo Sistiaga, responsable de diez asesinatos y tres secuestros, sale de la cárcel
El que fuera miembro del «comando Madrid», uno de los más sanguinarios de ETA, y ahora uno de los acogidos a la denominada «vía Nanclares» para etarras arrepentidos, ha abandonado la cárcel pasados unos minutos de las diez de la mañana en un coche.
El etarra ha quedado en libertad tras haber redimido pena por estudios y trabajo y después de que el Tribunal Supremo haya tenido en cuenta los seis años cumplidos en Francia, donde fue detenido en 1997, para descontarlos de su condena, que tenía el límite máximo en el cumplimiento efectivo de 30 años.
Urrusolo Sistiaga (San Sebastián, 1957), alias «Joseba» y Langile», y conocido por la Policía como «el hombre de las mil caras» por su facilidad para el camuflaje, llevaba interno en España desde su extradición en 2001 por las autoridades francesas y ha sumado condenas por una decena de asesinatos. También fue condenado por el secuestro del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal y reconocido su participación en el del industrial Emiliano Revilla.
Atentados, secuestros, voladuras…
Durante su etapa en el «comando Madrid» perpetró, entre otros atentados, la voladura del edificio de Telefónica de la calle Ríos Rosas de Madrid (1982) y el atentado en la Plaza de la República Argentina de Madrid el 9 de septiembre de 1985, en el que resultaron heridos 18 guardias civiles y una persona murió.
Tras la desarticulación de este comando en enero de 1987 la dirección de ETA le destinó a Francia como responsable de la formación de nuevos miembros de la organización, pero un año después volvió a Madrid, donde organizó el secuestro del empresario Emiliano Revilla. En 1991 recibió la orden de formar un nuevo comando itinerante, el denominado «Ekaitz», responsable entre otros del asesinato en Valencia del catedrático de Derecho Manuel Broseta.
Sus diferencias con la dirección de la banda terrorista por «falta de eficacia» le llevaron en 1994 a no aceptar la notificación de la organización de pasar a la reserva y a ser expulsado por ETA en 1996. Fue detenido en enero de 1997 en un control de la policía francesa y extraditado a España en 2001.
Un mes después de que ETA asesinara al concejal Miguel Ángel Blanco, firmó en prisión un documento elaborado por el histórico José Luis Álvarez Satacristina, «Txelis», en el que se reclamaba a ETA el abandono de las armas y se criticaba las decisiones de la banda en los últimos años.
Su proceso de ruptura culminó en 2008 cuando se desligó también del colectivo de presos de la banda terrorista y en una carta publicada en Gara junto a su compañera la exdirigente de ETA Carmen Gisasola, también ya en libertad, criticó el discurso de la izquierda abertzale y a ETA por dejar los acuerdos de Loiola.
En 2010 suscribió con otros siete históricos presos etarras otra misiva en la que pedían nuevos «pasos» para construir el proceso de paz en Euskadi, como la necesidad de reponer y reparar el daño causado a las víctimas. Durante su tiempo en prisión ha disfrutado de diversos permisos.
Entre las condenas que le ha impuesto la Audiencia Nacional están los 296 años de cárcel por su participación en el envío de un paquete-bomba al presidente de un empresa vinculada con la construcción de la autovía de Leizaran que en 1991 mató a dos policías que trataban de desactivarlo y los 119 años por otro paquete-bomba contra un alto cargo del Ministerio de Justicia, también en 1991, en el murieron tres artificieros de la policía.
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