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Dimite el JEMAD tras la polémica por vacunarse: «Hay que preservar la imagen de las Fuerzas Armadas»

  • Juanan Jiménez
  • Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, ha presentado su dimisión a la ministra de Defensa, Margarita Robles, después del escándalo en que ha derivado el que haya recibido la vacuna contra el coronavirus antes de tiempo. El JEMAD aduce que toma esta decisión para «preservar la imagen de las Fuerzas Armadas».

La ministra de Defensa, Margarita Robles, había pedido a la cúpula de las Fuerzas Armadas un informe sobre los protocolos seguidos para vacunar al Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, y a otros altos mandos del escalafón militar. Las Fuerzas Armadas tienen su propio plan de vacunación al margen del elaborado por el Ministerio de Sanidad y en ese protocolo se contempla la inoculación de la primera dosis al personal militar de las escalas de mando atendiendo a su edad, siempre tras recibir su dosis los sanitarios y quienes van destinados a misiones en el extranjero. En el Estado Mayor defienden que se ha cumplido escrupulosamente el protocolo interno y que han sido vacunados por criterios de edad otros militares ajenos al escalafón e incluso civiles. Bildu y Podemos habían reclamado la destitución del JEMAD.

Desde el Estado Mayor confirman que las Fuerzas Armadas tienen a su disposición un cupo de vacunas propio y un protocolo diferente al del Ministerio de Sanidad para su aplicación por cuestiones puramente operativas. Las reglas están elaboradas en consonancia a lo estipulado por la Subsecretaría de Defensa, competente en materia de personal y riesgos laborales.

En ese documento, del que tendrán que dar aviso a la ministra Robles aunque califican la petición del Ministerio de «puramente burocrática», se establece como prioridad la vacunación del personal sanitario de las Fuerzas Armadas, posteriormente aquellos efectivos que vayan a ser destinados a misiones en el extranjero próximamente -y que no estarán en España durante meses, como la dotación de los buques ‘Castilla’ y ‘Tajo’.- y, por último, y siguiendo un criterio de edad, al resto de militares