España

Díaz Ferrán se querella contra Pablo Iglesias por utilizar su imagen en el odiobús

Gerardo Díaz Ferrán, el que fue presidente de la CEOE y Viajes Marsans, ha sido la primera persona de las que Podemos decidió poner en su odiobús, que presenta una querella contra el secretario general del partido, Pablo Iglesias.

La querella incluye los delitos de injurias y calumnias, publicidad engañosa y un delito continuado en el ejercicio de los derechos fundamentales.

El empresario lleva más de un año en prisión, y por lo tanto considera que se encuentra «en una situación de gran vulnerabilidad al estar privado de su libertad» y que Podemos ha utilizado esto para «pasear de forma burlesca su imagen en un autobús con la única finalidad de captar la atención y ganarse la confianza de sus votantes»

Podemos puso en circulación el pasado día 17 un autobús con el que pretendía señalar a varios políticos y empresarios acusándoles de corrupción y calificándoles de «mafia». El odiobús plasmó en su exterior las caras de personas juzgadas y otras de las cuales, no se conoce delito alguno de corrupción.

Díaz Ferrán se encuentra en la cárcel tras ser condenado por la Audiencia Nacional en febrero de 2016 por gastar dinero de sus clientes y un delito de apropiación indebida de 4,4 millones de euros procedentes de los mismos.

La querella recoge, según la Cadena SER, que con el eslogan que abandera la campaña «se está acusando a todas las personas de un delito de corrupción» y que él «jamás ha sido condenado por un delito de corrupción, ni ha estado investigado por ningún procedimiento incurso con un partido político».

Gerardo Díaz Ferrán es una de las muchas caras que aparecen en el calificado como el autobús del odio que primero circuló por las calles de Madrid, ahora lo hace por Murcia y tiene una ruta prevista por toda España.

Podemos lanzó esta campaña con la intención de situar en la diana a cualquiera que ellos considerasen que pertenecía a la «trama» e incluso divulgó varios mensajes en los que pedía a los militantes de la agrupación morada que se ‘chivasen’ de aquellos políticos o empresarios de su alrededor que estuviesen implicados, según su parecer, en algún delito de este tipo. De este modo el odiobús se podía presentar en las zonas elegidas para señalar a los «mafiosos».

Las reacciones al odiobús han sido abundantes, con una clara opinión por parte de los demás partidos de que la acción emprendida por Podemos no contribuye a frenar la corrupción y que se deben buscar otras vías para ello.