España
Crisis del coronavirus

El desgarrador testimonio de los hijos del médico fallecido por coronavirus en Valencia: «Nos sentimos desamparados»

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Vicente Sánchez era, como su mujer Enriqueta, médico del SAMU en Valencia. Su mujer y sus hijos, Vicente y Enrique, le recuerdan como un hombre «honesto y trabajador, que estrujaba la vida al máximo. Deportista, viajero, siempre ayudando a los demás, enamorado de su trabajo como oftalmólogo».

Vicente trabajaba en el Servicio de Atención Médica de urgencia sin ningún medio de protección cuando, el 10 de marzo, empezó a sufrir fiebre. Sus hijos y su viuda denuncian en cartas remitidas a OKDIARIO que Sanidad negó el test del Covid-19 a su marido y le recomendó aislamiento domiciliario alegando que «no cumplía criterios sanitarios».

Tras casi dos semanas, Vicente empeoró tanto que una neumonía le llevó a la UCI donde, tras 14 días más, se produjo el fatal desenlace y perdió la vida víctima del virus como casi 30 compañeros más del sector en España.

Hoy OKDIARIO publica la misiva de sus hijos. En este vídeo uno de los hijos lee la desgarradora carta, que reproducimos a continuación:

Todavía no nos podemos creer que ya no estés aquí. Sentimos que estamos viviendo una pesadilla, de la que cuando despertemos te veremos entrar por la puerta de casa después de llegar de una de esas guardias de 24 horas tan duras. 

Apretamos con fuerza los ojos. Nos repetimos que no puede ser, una y otra vez, que esto no es real. Tú no te has podido marchar. Pero los abrimos y ya no estás. Te has ido. 

Hemos vivido todas estas semanas con un nudo en la garganta y con el corazón encogido. Desde que empezaste con los primeros síntomas (fiebre y dolor de garganta) tenemos grabado en la mente todo este terrible proceso. 

Siguiendo las órdenes de las autoridades sanitarias, enseguida te pusiste en contacto con Salud Pública para solicitar ayuda. Su respuesta fue nefasta. “NO CUMPLES CRITERIOS” te dijeron. 

Afortunadamente, no sólo tú, papá, eres médico. Mamá y nosotros también lo somos, y al día siguiente te tuvimos que llevar al centro de salud para que te examinara tu médico de cabecera, el cual con buen juicio consideró que podrías estar infectado por este maldito virus, ordenándote reposo en casa y haciendo un parte a Salud Pública con la siguiente orden: “EN UNO O DOS DÍAS IRÁN A REALIZARLE EL TEST COVID-19 A SU DOMICILIO”. Ingenuos nosotros, aún seguimos esperando a que vengan. Nadie llamó, nadie contactó, nadie vino. 

Aguantamos dos días esperando esa llamada/visita, pero no podíamos seguir en esta situación. Decidimos llevarte al Hospital 9 de Octubre (hospital privado en Valencia). Allí te examinaron y te realizaron esa codiciada prueba diagnóstica, resultando en COVID-19 POSITIVO. 

Tras días de lucha contra la enfermedad, ya era tarde, tus pulmones se agotaban, recuerdo esas últimas palabras que nos dijiste a través de una videollamada, casi sin aliento, pero intentando sacar una sonrisa, algo impensable en estos momentos: “NO ESTOY BIEN… SIENTO QUE ME AHOGO, ¿PERO VOSOTROS ESTÁIS BIEN VERDAD? 

Como siempre, tu preocupación por los demás iba primero. Como médico de urgencias del SAMU, siempre se te ha exigido correr y llegar a tiempo a cada situación y paciente que lo necesitara. Te has pasado una vida cumpliendo con ello, salvando vidas. Aún recordamos todas las historias que nos contabas y que nos inspiraron a nosotros a seguir tu camino y a convertirnos en médicos también. 

A tus 62 años, te has ido. Este Gobierno y su sistema sanitario no han corrido por ti como tú lo has hecho en todas tus guardias. No es que llegaran tarde, es que nunca llegaron. 

La enfermedad evolucionó en los siguientes días, llevándote a la UCI. Durante la intubación para conectarte al respirador, tu corazón se paró en dos ocasiones. Durante 35 minutos los médicos estuvieron luchando por tu vida. El corazón volvía a latir, pero sabíamos que algo no iba bien. 

Comenzaron los 14 días más difíciles de nuestra vida, en los que recibíamos una llamada del médico responsable de la UCI alrededor del mediodía para informarnos de la evolución. Esos tres minutos que nos comentaba el médico eran la única información que recibíamos. Toda la mañana esperando al lado del teléfono, rezando para que no sonara antes de hora, ya que eso significarían malas noticias en la evolución. 

Pasaban los días. Tú te ibas alejando de nosotros. Intentamos mantener la esperanza, es lo que todo el mundo nos decía. Pero un electroencefalograma mostró que tu cerebro ya no presentaba actividad eléctrica, muerte cerebral. Te desconectaron del respirador, con el fatídico desenlace a los pocos minutos. 

En ese mismo momento, decenas de ambulancias del SAMU, compañeros de profesión, de trabajo, se plantaron delante de ese hospital para despedirte con las sirenas encendidas y aplausos mientras subías a los cielos. 

La noticia se extendió. Desde arriba has podido ver lo querido que eres por toda la gente que te conoce. Siempre sacando una sonrisa a los demás, trabajando sin descanso para darle la mejor vida a tu familia, bondadoso, honrado, luchador. Siempre con energía y dispuesto a todo. Siempre viendo el lado más positivo de las cosas, y eso que has pasado por grandes batallas en tu vida. 

Ahora mismo nos sentimos desamparados. Solamente tenemos fuerzas para luchar por ti. Papá, te mereces ser recordado. No mereces ser un simple número más en la estadística manipulada de fallecimientos que muestran los medios televisivos afines a este Gobierno sin ningún tipo de pudor. Lo diste todo y no recibiste nada. Juramos que vamos a luchar para que esto no quede así. 

Te lo merecías todo y ahora ya no estás. Nos han roto. Nuestros corazones SIEMPRE TENDRÁN esta IRREPARABLE CICATRIZ DE POR VIDA. 

Papá, descansa tranquilo. Hiciste todo cuanto estaba en tu mano. Lo hiciste bien. Alertaste cuando notaste que algo no iba bien, y aún así no te hicieron caso. Ya te habían enviado a la guerra sin fusil. 

El Gobierno de este país ha reaccionado tarde, demasiado tarde. Teniendo toda la información y recomendaciones de la OMS para haberse puesto manos a la obra contra el virus desde enero. Si hubieran hecho su trabajo a tiempo, TU SEGUIRÍAS VIVO, CON NOSOTROS. 

A ti no te proporcionaron la protección adecuada y tus compañeros siguen trabajando, luchando con escasos materiales, y una protección contra el virus muy deficiente, en muchos casos con donaciones de particulares, bolsas de basura, máscaras de buceo… 

CUÍDALOS TÚ DESDE EL CIELO 

TE VAMOS A LLEVAR SIEMPRE EN NUESTRO CORAZÓN. ERES NUESTRO EJEMPLO A SEGUIR Y NUNCA TE OLVIDAREMOS. 

VAMOS A LUCHAR POR TI PAPÁ. 

TE QUEREMOS, 

VICENTE Y QUIQUE, TUS HIJOS. 

Espero que este mensaje sirva para ayudar a nuestros compañeros sanitarios y evitar que sigan enfermando de gravedad tal y como le ha ocurrido a nuestro padre. Cuidaros mucho compañeros. 

Mucha fuerza y ánimo. 

Fdo. Vicente y Enrique Sánchez Cuchillo 

Valencia, 10 de Abril 2020