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GUARDIA CIVIL

La dejadez de Marlaska con la Guardia Civil: zapatos que se deshacen y pantalones recortados a mano

Agentes de la Guardia Civil denuncian ante su Dirección General y el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska que sus agentes del Servicio Marítimo tienen carencias severas de material. Incluso de ropa y calzado. Por ello, le han enviado a la Dirección General un escrito en el que recopilan todas esas deficiencias, que van desde zapatos náuticos cuya suela se deshace en contacto con carburante a pantalones largos recortados por los propios agentes para soportar las temperaturas del verano.

Lo ocurrido el pasado mes de febrero en el puerto de Barbate, cuando dos agentes de la Guardia Civil fueron asesinados y otros dos resultaron gravemente heridos tras ser embestidos por una narcolancha, es sólo la punta del iceberg de los problemas que tienen los agentes del servicio marítimo para cumplir sus misiones diarias.

En ese día a día, tal y como señalan desde el propio Cuerpo, se enfrentan a problemas más mundanos -pero también determinantes para su eficacia- como la falta de vestuario o la nula adaptación de las prendas disponibles a sus tareas.

Por ello, desde la plataforma JUCIL han enviado un escrito a la Dirección General señalando todas las carencias detectadas en los últimos meses. Ahí relatan, por ejemplo, que en Cádiz «hay guardias civiles que tras un año en dicha especialidad aún no han recibido monos de intervención, calzado y otros complementos de seguridad adecuados para sus cometidos».

En Algeciras, añaden, la situación es más precaria aún: «El personal traslada la necesidad de bermudas de pantalones de tipo rip-stop, tras años sin acceder a ellos, los guardias civiles del servicio marítimo se ven obligados a recortar los pantalones de los uniformes de campaña, o los de servicio rural. Este arreglo es abonado por los propios efectivos».

Además, dicen, portan polos de manga corta del servicio rural, cuyo textil no es el adecuado para desenvolverse en un medio marítimo y su degradación se produce de forma mucho más rápida. En el caso del calzado, además de no contar con refuerzo en puntera para evitar lesiones por caídas de objetos -muy habitual en un barco-, «la suela del zapato se deshace cuando se pisa carburante».

En otras comunidades la situación es similar. En Cantabria, por ejemplo, hay una «carencia total de los arneses de seguridad (Líneas de vida), material importantísimo en este tipo de servicios». También hay «falta de dotación y mal estado en casi la totalidad de los trajes térmicos de flotabilidad». «Los cascos carecen de luz frontal para trabajar con las manos libres en condiciones de falta de iluminación con total seguridad», añaden. Parecido ocurre en Castellón y otras provincias.

Marlaska no les recibe

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, prometió convocar una mesa de trabajo con representantes de la Guardia Civil para tratar las reclamaciones de los agentes del cuerpo sobre varios asuntos que les afectan directamente. Uno de los principales, la negativa hasta el momento del Gobierno de Pedro Sánchez de considerar la suya una profesión de riesgo, a pesar de un 2024 negro para la Guardia Civil en el que ya han fallecido 5 agentes. Sin embargo, a día de hoy el ministro aún no ha convocado a los guardias civiles ni hay previsión alguna de que vaya a hacerlo. El PSOE votó en contra de ello en el Parlamento Europeo y en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. No es asunto menor, ya que además de afectar a su seguridad, también lo hace a su jubilación.

Ni en Europa, ni en Madrid, ni en el Campo de Gibraltar. La profesión de Guardia Civil -tampoco la de Policía- no se considera de riesgo a pesar de las cifras de fallecimientos en acto de servicio y el aumento de las agresiones contra agentes. En 2023, respecto a 2022, los ataques con cuchillos o armas blancas contra guardias civiles y policías se duplicaron. Pero ninguno de esos datos ha sido suficiente para que el Gobierno convoque esa mesa de negociación que le reclaman los agentes a Grande-Marlaska.

Así, desde las organizaciones que representan a los guardias civiles muestran su «preocupación y descontento con la falta de acción por parte del ministro del Interior, Grande-Marlaska, en relación al reconocimiento de los guardias civiles como trabajadores de riesgo», señalan desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).

Recuerdan, además, que esta negativa a considerarles profesión de riesgo afecta a otras condiciones muy importantes para su carrera profesional, como por ejemplo la jubilación. En otros cuerpos policiales, especialmente los autonómicos, ese calificativo de peligrosidad sí existe. «Esta consideración es vital para acabar con los agravios en materia de jubilación que los agentes sufren respecto al resto de policías autonómicas y locales», advierten.