España

Casado y Arrimadas toman las riendas para cerrar País Vasco Suma antes del viernes

El PP vasco dijo que quería listas conjuntas con Ciudadanos (C’s) por medio de un País Vasco Suma. La formación regional del partido naranja exactamente lo mismo de cara a las elecciones autonómicas del próximo Domingo de Ramos. Pero lo cierto es que a la mano tendida de los populares no ha habido respuesta concreta de C’s en esa comunidad autónoma y los días se acaban para presentar esa supuesta lista única. Ahora, es Génova la que ha decidido asumir esa negociación y avanza de la mano de la cúpula nacional de Ciudadanos, encabezada por Inés Arrimadas, para evitar que las disputas locales puedan frustrar un proyecto que ambas formaciones consideran necesario para acudir a las urnas en el País Vasco y evitar que el fraccionamiento dé aún más alas al separatismo.

El responsable de Ciudadanos en el País Vasco, Luis Gordillo, afirmó hace menos de una semana que confiaba  “en la coalición con el PP” pero, eso sí, “el acuerdo tiene que incluir Galicia y Cataluña”. La condición sonó en las filas populares a la imposición de unas condiciones que, en primer lugar, escapaban al ámbito negociador de las elecciones vascas; y, en segundo lugar, se imponían con el propósito de usar el peso de C’s en Cataluña para obligar a aceptar cargos naranjas en los puestos de salida de las listas vascas pese a que los naranjas cuentan con tan sólo un 1,1% del voto en esta comunidad, según las últimas elecciones generales.

El problema se había enquistado. Pablo Casado ha decidido centralizar la negociación desde Madrid para evitar que esos problemas frustren un proyecto que se considera necesario y primordial en Génova. La reacción de Inés Arrimadas ya se conoce en la sede nacional del PP. Y ha sido la de compartir la urgencia de este proyecto y la de aceptar una negociación en Madrid ante la importancia del reto.

Negociación centralizada

A partir de ahora se camina de forma centralizada y jerárquica. Es decir, que si se tienen que realizar movimientos en las listas para favorecerlo, se harán, tal y como confirma una fuente del PP en Madrid.

Eso sí, Génova tiene muy claro que una cosa es Galicia y otra muy distinta el resto. Galicia se considera una plaza ganadora para Alberto Núñez Feijóo y, por lo tanto, los de Casado se resisten a introducir en la misma batidora las tres plazas que se enfrentan en breve a procesos electorales autonómicos.

“Ahora toca negociar País Vasco; Cataluña ya se verá”, señalan, pero, eso sí, sin descartar sacrificios en las listas. Y es que, en puridad, con un 1,1% del votos de Ciudadanos en el País Vasco –una octava parte del que aún mantiene el PP vasco– cualquier entrega a los hombres de las filas naranjas puede ser perfectamente considerado como un regalo.

Pero la doctrina de Génova en estos momentos es clara: el proyecto Suma, ya sea en toda España, País Vasco o Cataluña, implica sacrificios, y como tal se aceptará por parte de las listas regionales. Ciudadanos tendrá la última palabra. Una palabra que deberá romper las dificultades de negociación ya observadas en Cataluña para lograr el éxito del proyecto Suma.