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Crisis del coronavirus

Las cartas de los pacientes del ‘hospital milagro’ de Ifema: «Sois unos guerreros de Dios, gracias»

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Los pacientes del hospital temporal de Ifema, en Madrid, comparten en conmovedoras cartas su experiencia superando el coronavirus en esta instalación de emergencia. «Son unos guerreros de Dios todos ustedes, gracias por la atención. Estoy super agradecida. ¡Saldremos todos de esta!», escribe una de las contagiadas.

El hospital de campaña de Ifema contra el coronavirus ya es historia de la Sanidad española. Es el centro de salud más grande de España y tiene desde una biblioteca con libros y revistas para sobrellevar la estancia a un lugar donde compartir cartas con las experiencia vividas.

En un mural, los internos han plasmado sus vivencias. Una vía de escape para reflejar sus sentimientos durante las muchas horas en las que no pueden ver a sus familias. Por los tipos de letra vemos que detrás de algunas de las cartas hay personas mayores, mientras que otras están escritas con estilos mucho más juveniles. Algunos incluso ponen su nombre y edad. Se trata de una forma más de dar fuerza a otros enfermos o a los propios profesionales sanitarios.

«El tiempo se detuvo»

Teresa muestra la realidad de su ingreso de forma muy certera: «El tiempo se detuvo. Todas esas cosas tan importantes del día a día que hay que hacer con una inmediatez tremenda pasan a no significar nada. Te encuentras tan asustada y tan fuera de lugar que no sabes hacia dónde mirar».

Expone que «al principio tienes los ánimos por los suelos y te preguntas ‘¿por qué yo?’. Pero luego tus sentimientos florecen, te sientes apoyada y te ayudan mucho».

«Sois ángeles»

Otra mujer, de nombre Gemma, aprovecha la carta para mostrar su agradecimiento: «Las palabras no alcanzan cuando lo que hay que decir es mil veces gracias. Por estar ahí echándonos una mano, apoyándonos a seguir con el camino y con una gran sonrisa y una gran delicadeza. No tengo palabras para agradeceros todo lo que hacéis y seguís haciendo. Sois ángeles».

Otra misiva muy sentida dice: «Un día te levantas, te falta el aire, se para tu vida y te dicen que tienes que ingresar en Ifema. Se te cae el mundo a los pies, te da por pensar en todo, ‘¿qué hago yo aquí sola?, no conozco a nadie’. Pero cuando llegas te encuentras solidaridad, amabilidad, cariño a raudales, es impecable el trato del personal».

Desde la «cama 35», José Luis también se sincera: «Lo he pasado muy mal hasta tal extremo que pensaba que no me iba a recuperar. Pasé tres días en el hospital al que me llevaron y no podía descansar por la fiebre, el malestar general, el resto de enfermos unos pegados a otros, tosiéndonos encima unos de otros y sentados en sillas sin saber qué pasaba o lo qué tenía».

«No se lo deseo a nadie»

Pero al llegar a Ifema recuperó la esperanza. «Me trasladaron al hospital de campaña y a la semana más o menos empecé a mejorar y sobrevivir. El trato por la parte sanitaria ha sido exquisito. Ahora que estoy mejor, puedo decir que he sobrevivido a una experiencia que no deseo a nadie. Realmente esto se queda para los que hemos vivido combatiendo de cara al Covid-19».

Otra persona afectada por coronavirus, con 64 años, señala que «creía haber visto todo en esta vida pero no fue así, jamás pensé que vería una pandemia». «Entré con la sensación de que no tenía nada nada, pero algo se complicó y tuve que aceptarlo. Gracias a todo el personal, a la limpieza, a todos. Gracias de todo corazón», indica.

Un paciente escribe que «argumentos para el pesimismo han sido y serán siempre abundantes. Pero, ¿qué nos daría vivir desde la apatía? Nada. Probablemente nada más que el mal humor, la tristeza, la angustia, la depresión…». De esta forma, lanza un mensaje de optimismo para salir adelante.

A continuación, llega Miguel Ángel, de la cama 29, que también utiliza el papel y el boli para desahogarse mientras pasa estos días sin su familia. «Cuando todo esto pase, recordaré agradecido la atención recibida, los momentos vividos. Cuando todo esto pase será el momento de volver con los tuyos, de mirar al futuro, de recordar lo perdido… Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque lo has vivido. Pero de lo que estoy seguro es de dar gracias siempre por los amigos, por la salud».

Por último, destacamos la carta de Sandra, una paciente de 49 años. «Quisiera decir las palabras precisas y perfectas para agradecer. Tantas atenciones y cuidados, pero la verdad que aquí he visto la presencia de Dios cuando dijo ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’. Por todo, todo y a todos. GRACIAS». Aprovecha su tiempo en la cama para decorar la carta con dibujos de flores, corazones, hormigas y al apostilla: «La unión hace la fuerza».