España

Carmena contratará «200 personas con escobas (sic)» para limpiar Madrid

La alcaldesa de Madrid y líder de la marca blanca de Podemos en la capital, Manuela Carmena, ha anunciado la paralización del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de las concesionarias de los servicios de limpieza, con el objetivo de incorporar a 700 trabajadores, de los que 200 serán empleados en prácticas que procederán de “programas mixtos de formación teórica” impulsados por la Agencia para el Empleo. Los 500 restantes procederán de la paralización del citado ERTE.

Carmena ha explicado que al ayuntamiento ya ha comenzado a “formar” a estos jóvenes por si no se alcanzaba un acuerdo con las empresas FCC, OHL, Sacyr y Urbaser. Los pagos de los salarios los harán las compañías y los gruesos de los trabajos los harán “barrenderos, personas con escobas”. El objetivo es comenzar con la actividad el próximo 15 de octubre y “que se empiecen a notar los efectos en Navidad”, informa Europa Press.

La alcaldesa ha admitido que Madrid está en una «situación de emergencia» en lo que a limpieza se refiere y que la «responsabilidad» era “de todos”, tanto de la Administración como de las empresas. A la pregunta de qué ganan las concesionarias con la reversión de los ERTE y las nuevas contrataciones, la alcaldesa lo ha resumido con una palabra, se juegan su «prestigio».

«Saben del desprestigio de no ser capaces de limpiar Madrid», ha destacado Carmena, que ha asegurado que nunca había visto una «disposición tan grande» a negociar como la demostrada por las concesionarias. «Si continúan limpiando es porque les interesa», ha remachado Sabanés.

La alcaldesa ha remarcado que el contrato recogía como primera obligación la de limpiar: “las empresas han asumido que si no contratan a más gente no cumplen con esa obligación».

Para presionar a las adjudicatarias el Ayuntamiento lanzó inspecciones por sorpresa para demostrar la «poquísima gente» que hay en las labores  de limpieza, con independencia de que las empresas dijeran lo contrario. «¿Ha podido influir? Probablemente», ha esgrimido la regidora. Y como «las palabras se las puede llevar el viento», el Ayuntamiento se reunirá mensualmente con las empresas para ver la evolución de los trabajos.