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Tribunales

Así ha logrado Puigdemont esquivar la euroorden de Llarena en Dinamarca, Alemania, Bélgica e Italia

El ex presidente de Cataluña huyó en 2017 en un maletero para eludir la acción de la justicia

Más de 2.500 días son los que el prófugo Carles Puigdemont lleva fugado de España eludiendo la acción de la Justicia. El que fuera presidente de Cataluña huyó el 30 de octubre de 2017 tras organizar un referéndum ilegal, quebrantar la unidad del país y alterar el marco constitucional. Fue entonces cuando el Tribunal Supremo, en concreto el instructor del caso del procés Pablo Llarena, emitió una orden europea de detención y entrega, conocida también como euroorden, que el prófugo Carles Puigdemont ha conseguido esquivar en cuatro países de Europa. El líder independentista ha pactado con el Gobierno de España una Ley de Amnistía para quedar exonerado de las causas pendientes. Sin embargo, con una fiel aplicación del articulado de dicha ley, los jueces, y en particular Llarena, han decidido que no puede amnistiar la malversación agravada por la que Puigdemont sigue imputado.

Carles Puigdemont ha conseguido pasearse por Europa sin que las autoridades de varios países procedieran a su entrega a España. El primer episodio se produjo en Bélgica. Tan sólo dos días después de que Llarena emitiera la primera euroorden, Carles Puigdemont se entregó a la justicia belga. Los tribunales de este país le pusieron en libertad a las pocas horas. «Bélgica rechazó la euroorden, no se podía hacer nada, ahí estaba seguro», señalan fuentes jurídicas consultadas. Meses más tarde, el prófugo decidió viajar hasta Dinamarca para dar una conferencia en la Universidad de Copenhague, en la facultad de Derecho Constitucional. La profesora que le invitó fue duramente criticada por invitar al prófugo que dio su charla con total tranquilidad.

Su llegada a la capital danesa provocó una reunión inmediata de los fiscales del procés. «Se planteó la posibilidad de solicitar la activación en Dinamarca de la euroorden sobre Carles Puigdemont, porque en ese lugar podría ser detenido una vez que saliera ya de ese ámbito protector que tenía en Bélgica. Jurídicamente, el Código Penal de Dinamarca tenía una tipificación muy parecida a España en cuanto a los delitos de rebelión, lo cual hubiera favorecido la concesión de la orden. También se contaba con que Dinamarca es un país sensibilizado por el independentismo, porque ellos tienen dos focos de independentismo en las islas Feroes y en Groenlandia. La Fiscalía presentó el escrito la misma mañana de su viaje, pero no se concedió la euroorden y no había posibilidad de recurrir esa negativa porque volvió a Bruselas esa tarde», explican fuentes conocedoras de lo ocurrido.

Tras este episodio, el independentista trató de llegar más lejos. Su objetivo era alcanzar Alemania, pero cuando cruzaba en coche la frontera fue arrestado. Ingresó en la cárcel de Neumünster. Sin embargo, días después, los tribunales alemanes le dejaron en libertad bajo fianza y trataron de interpretar el marco jurídico español, permitiendo su entrega a España sólo por el delito de malversación, pero no por rebelión. «Los jueces alemanes entraron a calificar cuáles eran los desórdenes públicos que se llevaron a cabo en el aeropuerto de El Prat en Barcelona, a valorar la violencia o la represión de los disturbios. Se metieron en interpretaciones que no debían, decían que no estaban justificados los delitos, no tenían que juzgar si lo que están juzgando en otro lado es correcto o no», explican fuentes jurídicas. Llarena descartó que fuera entregado, ya que no se le iba a juzgar por los delitos que querían los tribunales alemanes. 

Inmunidad e Italia

El ex diputado catalán continuó su periplo en Europa y decidió probar suerte en la política comunitaria. Así podría obtener la inmunidad parlamentaria en su condición de eurodiputado. No le salió mal, puesto que el 26 de mayo de 2019 su lista a las elecciones europeas obtuvo dos escaños en la Eurocámara. Tan sólo unos meses después llegó la sentencia del 1-O y, pese a que Llarena pidió la entrega de Puigdemont por sedición y malversación para poder juzgarle, la justicia belga lo paralizó. El ex president tomó posesión de su escaño y Llarena tuvo que pedir un suplicatorio al Parlamento Europeo para poder juzgarle, lo que provocó que se le suspendiera momentáneamente la inmunidad, pero se le volvió a devolver. 

El 23 de septiembre de 2021, Puigdemont volvió a jugársela y viajó a Italia para acudir a un festival nacionalista. Se le detuvo, pero los tribunales italianos frenaron la entrega para esperar a que las cortes comunitarias despejasen las incógnitas sobre su inmunidad y las euroórdenes. No se entregó y volvió a Bélgica. 

Carles Puigdemont en Italia pese a la orden de detención.

Vuelta a España

El prófugo renunció a las elecciones europeas y decidió volver al tablero político español presentándose a la Presidencia de la Generalitat en las listas de Junts. No lo consiguió, pero sí obtuvo su escaño. Su objetivo desde entonces ha sido poder volver al Parlamento catalán y para ello ya había pactado con los socialistas la Ley de Amnistía. Sin embargo, el juez Llarena ha mantenido la orden nacional de detención. En un enésimo pulso con el Supremo, Carles Puigdemont se ha plantado en España para dar un discurso y marcharse, pese a que las autoridades policiales tenían la orden judicial de detenerle. «Es una vergüenza, no le quisieron ver», lamentan fuentes jurídicas.