España

Batalla campal en el Raval de Barcelona: barras, cajas, patadas y patinetes sin presencia policial

Ocurrió este jueves por la noche, en la calle de la Cera del barrio barcelonés de El Raval.

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Nueva batalla campal en Barcelona. Ocurrió este jueves por la noche en la calle de la Cera del barrio de El Raval, en el centro de la ciudad, una zona en la que en los últimos meses se han vivido varios episodios similares al de las imágenes a las que ha tenido acceso en exclusiva OKDIARIO.

Más de una decena de jóvenes, algunos de ellos menores no acompañados de origen marroquí que viven en las calles de la ciudad condal, utilizan todo lo que encuentran a su alcance para enzarzarse en una multitudinaria pelea ante la incredulidad de vecinos y turistas, que reclaman la presencia policial que tardó en llegar. De hecho, informan algunas fuentes a este periódico, la Guardia Urbana se presentó en el lugar del incidente cuando la mayoría de los participantes en la pelea ya se había marchado.

En concreto, como se puede observar en las imágenes, los participantes en la pelea utilizan cajas, barras de hierro, su propio cuerpo propinando patadas e incluso un patinete para pegarse entre ellos. Aunque el vídeo al que ha tenido acceso este diario dura algo menos de un minuto, los vecinos que presenciaron los hechos aseguran que la pelea duró aproximadamente unos cinco minutos, en los que se vivieron escenas de mucha violencia.

Los vecinos de El Raval están ya cansados de vivir situaciones similares a menudo. En los últimos meses, las peleas en plena calle se han vuelto en algo habitual, pese a la desesperación de los residentes de El Raval. Reclaman mayor seguridad al ayuntamiento de Barcelona, liderado por la comunista Ada Colau, alcaldesa en funciones. Aún las promesas y buenas intenciones para poner fin a estas situaciones, la realidad es bien distinta y obliga a los barceloneses a convivir con escenas de máxima violencia bajo los balcones de su casa.