España
ETA

La Audiencia permite que se celebre el homenaje al sanguinario etarra Henri Parot en Mondragón

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha rechazado este jueves suspender el homenaje del próximo sábado al preso de ETA Henri Parot, responsable de 39 asesinatos, al no ver «acreditada la humillación a las víctimas» de la organización terrorista.

En este sentido, explica que el acto que se celebrará en Mondragón «está concebido como un acto organizado con fines estrictamente políticos» y no considera que la manifestación tenga la intención de «un acto que humille a alguna de las víctimas».

La Asociación Dignidad y Justicia había pedido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón suspendiera el homenaje por considerarla un «acto de enaltecimiento a un preso de la organización terrorista ETA» por parte de personas que, señalaban, justifican «sus asesinatos» y «entienden que no debe seguir en prisión y cumplir su condena».

Este miércoles, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) dictó un auto en el que aclaraba que manifestaciones como la convocada este sábado en Arrasate (Guipúzcoa) en favor de Parot no están sujetas al régimen de autorización sino al de comunicación. Así, consideraba que no cabía recurso ni suspender «un acto inexistente», tal y como habían solicitado la Asociación profesional de la Guardia Civil Justicia Guardia Civil (Jucil) y del sindicato de la Policía Nacional Justicia Policial (Jupol).

En marzo de 2021, el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska acordó su acercamiento al País Vasco. El etarra fue condenado por 39 asesinatos cometidos entre 1978 y 1990 y da nombre a la doctrina derogada en 2013 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, que facilitó la excarcelación de decenas de etarras.

Henri Parot fue condenado, entre otros, por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en 1987. En este atentado, la banda terrorista ETA acabó con la vida de 11 personas, entre ellas, cinco niñas, con la colocación de un coche bomba cargado de explosivos. Prisiones alegó que el etarra aceptaba la legalidad penitenciaria para trasladarlo a la cárcel de León. Fue condenado a casi 4.800 años de cárcel.