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ENTREVISTA EXCLUSIVA

Los argelinos que casi asesinan al maestro Chen pasaron por la comisaría «más de 100 veces»

El aumento de la delincuencia en Barcelona es tan alarmante que algunos vecinos tienen que enfrentarse con los criminales a katanazos para salvaguardar sus vidas. Este fue el caso de Chen Moraes, un maestro brasileño de artes marciales de 67 años que acabó gravemente herido tras enfrentarse a un grupo de argelinos conocido como La banda del patinete que ataca y roba con machetes a vecinos y turistas del barrio de Gracia, además de okupar pisos con total impunidad. «Lo volvería a hacer ahora mismo. Si yo veo una injusticia me meto», afirma Moraes mientras muestra a este medio las graves heridas que le causaron en las piernas los delincuentes argelinos.

El incidente ocurrió el pasado 11 de agosto frente al gimnasio Anaconda Brazilian Jiu-Jitsu, propiedad de Chen Moraes, donde el maestro brasileño salió a socorrer a una pareja de franceses que estaba siendo asaltada a punta de cuchillo por tres miembros de la banda. «Yo les avisé: ‘Estos que están detrás de mí os vienen a robar’», explica a OKDIARIO. Según comenta, los delincuentes se dieron cuenta de que Moraes estaba avisando a la pareja y comenzaron a pasar en patinete y a escupirle. «Al tercero le dije ‘ey ¿qué pasa?’ y uno sacó un cuchillo y yo pensé ‘ahora me va a cortar’ entonces entré en el gimnasio y saqué una katana para defenderme y vinieron los tres a por mí», cuenta.

El maestro Chen recuerda que los tres argelinos con los que se enfrentó en un principio se convirtieron en cinco porque uno de ellos reclamó refuerzos para reducir al hombre que blandía contra ellos una katana para defenderse. El dueño del gimnasio de artes marciales desvela que los dos nuevos atacantes, que aparecieron con dos machetes cada uno, vivían en un piso okupa que se situaba a unos 50 metros del lugar de los hechos. «Sabía como había empezado la pelea, pero no sabía como iba a terminar», señala.

A pesar de haber vivido una situación extrema, Moraes rememora la pelea con tranquilidad y detalla como los cinco argelinos le rodearon y uno de ellos le lanzó un machete atravesándole una pierna, lo que lo derribó. «No podían acercarse a mí porque tenía la katana», dice. Poco después de haber sido herido por este grupo criminal, la policía hizo acto de presencia quedando alarmada por la gravedad de las heridas de Moraes. Al ver esto comenzaron a hacerle preguntas para que no se durmiera debido al riesgo de muerte. «Me quería sacar el machete, pero alguien me dijo que no lo hiciera», explica el defensor de 67 años.

Ahora bien, haciendo gala de su experiencia en artes marciales, Moraes afirma a OKDIARIO que si llegan a ser «uno o dos» los hubiese «reventado» y que se mantuvo consciente en el hospital para estar prevenido ante posibles represalias. «No dormí en toda la noche. Éramos tres en la misma planta. Si querían venir a por mí estaba preparado», asegura.

«Van a la cárcel y en 48 h están libres»

Durante su entrevista con este medio el maestro Chen Moraes lanza una crítica contra la justicia y las autoridades españolas. El dueño del gimnasio de artes marciales se pregunta asombrado cómo es posible que los cinco individuos que le atacaron fueran a la cárcel y a las 48 horas les dejasen libres. «Ya no sabemos donde están», lamenta.

En este sentido, el defensor de la katana denuncia que uno de los argelinos que le agredió «pasó más de cien veces por la comisaría» y que sigue libre delinquiendo. «Si hay esa falta de poder de las instituciones y de los políticos que permiten a esas personas ocupar pisos, delinquir y no se hace nada, lo vuelven a hacer. Viven de eso. En un día roban a tres o cuatro personas y ya tienen un sueldo», dice.

En cuanto a si ha recibido algún tipo de apoyo desde las instituciones del Estado, Moraes afirma que ninguna autoridad se ha preocupado por él. Únicamente menciona que un partido político reclamó que le concedieran la medalla de San Jorge. «Es todo bla, bla, no ha pasado nada», denuncia.

Sobre el procedimiento judicial en el que se ha visto inmerso por defenderse de cinco argelinos que le querían matar asegura que hará acto de presencia pero no cree que sus atacantes vayan a aparecer. «Yo doy la cara. No tengo miedo a nada», afirma.