España

Argelia recorta otro 12% el envío de gas a España en plena amenaza por la sumisión de Sánchez a Rabat

La sumisión de Pedro Sánchez a Marruecos con el Sáhara está teniendo repercusiones evidentes en el precio del gas de Argelia. Por mucho que el presidente haya topado el precio a efectos de generación eléctrica, la diferencia entre el precio real y el topado se acabará pagando por los consumidores en recibos posteriores. Y ese precio real sube por culpa de las decisiones de Sánchez. La entrega del Sáhara a Rabat ha supuesto una reacción en precio y suministro por parte de Argelia.

Los últimos datos oficiales de Enagás demuestran que el envío por el único tuvo que Argelia mantiene abierto han caído en un mes casi un 12% (un 11,6% exactamente). Y todo ello, con el otro gasoducto cortado por decisión de Argelia, y con un envío creciente de gas de España hacia el norte de Europa por los Pirineos. Y ello ha supuesto una compra creciente de gas licuado traído en metaneros, un producto claramente más caro que el gas argelino importado por medio del tubo. Resultado: más costes y más precio futuro del gas.

Los datos oficiales de Enagás muestran desde hace meses el corte del gasoducto argelino del Magreb. Pero ahora revelan más datos. Para empezar, que España sigue incrementando el envío de gas hacia el norte de Europa por un tubo que antes servía para importar gas natural, y ahora se usa para exportarlo: en concreto, en un mes 5.108,9 GWh/día.

Estadísticas de Enagas, abril de 2022

Y para avanzar, que de los 309,6 GWh/día que se introducían al inicio de abril por el único tuvo que mantiene abierto Argelia, se ha terminado el mes con envíos de 273,9 GWh/día. Lo que implica una rebaja de un 11,6%. Y eso se convierte en un problema de precio y costes en un momento en el que el gas que está comprando España para sustituir esas pérdidas es el de EEUU, claramente más caro por proceder de fracking y tener que ser enviado licuado en barco, lo que implica todo un proceso posterior de regasificación.

Traducido: perdemos gas barato y suplimos con gas caro. Y hay que recordar que el topaje del precio del gas impuesto por Sánchez no se carga contra los Presupuestos Generales del Estado, es decir, que volverá en forma de pagos futuros en concepto de déficit de tarifa como pago de los propios consumidores.

Y todo ello en un ambiente enormemente crispado de relaciones internacionales marcado por el enfado de Argelia por la entrega del Sáhara por Sánchez a Marruecos, y, ahora, encima en medio de un caso de supuesto espionaje por Rabat del móvil del propio presidente del Gobierno.
Hay que recordar que Argelia ya había dado muestras de preparar una respuesta contundente al bandazo de Pedro Sánchez con el Sáhara.

No sólo ha decido ya elevar el precio del gas natural comprado por España y diseñar acuerdos prioritarios de exportación de este combustible hacia Italia, sino que, además, incluso asuntos supuestamente pactados de antemano empiezan a encontrar “problemas técnicos” que, casualmente, desembocan en la misma consecuencia: un menor y más caro suministro de gas natural a España.

Cifras de Enagas.

Pedro Sánchez aseguró antes de finalizar 2021 que, pese al corte de uno de los gasoductos que unen Argelia con España, el suministro se garantizaría por dos vías: la llegada de más metaneros con gas argelino y, sobre todo, con la ampliación de la capacidad del segundo de los tubos que traen el gas argelino.

Lo cierto es que Argelia cortó el gaseoducto del Magreb -el mayor de los dos- a cierre de octubre por su enfrentamiento con Marruecos. Pero ese tubo tenía como principal objetivo exportar gas a España. Es decir, que ya entonces España se convirtió en un gran perjudicado. El Gobierno de Sánchez anuncio a bombo y plantilla un plan para incrementar la importación de gas desde Argelia con el segundo de los tubos, con el objetivo de evitar problemas de abastecimiento.

Pues bien, como adelantó hace semanas OKDIARIO, la primera fase de esa adaptación, la menos exigente y más protocolaria se cumplió rápidamente. Pero la segunda dependía en gran medida de Argelia y llevaba aparejada la mejora de la infraestructura para incrementar la capacidad de bombeo. Y esa fase no ha dejado de encontrar “problemas técnicos”. Hasta el punto de que no ha permitido el aumento esperado del flujo del gas.

“Problemas técnicos”

En medio de todo ello, Seguridad Nacional, departamento dependiente de la Presidencia del Gobierno, ha alertado a Sánchez de la hiperdependencia que tiene España del gas procedente del exterior. Nuestro principal proveedor de gas ha sido tradicionalmente Argelia, justo con quien se acaba de enemistar el presidente por su sumisión a Marruecos. Seguridad Nacional recuerda los objetivos de reducción de esa dependencia y alerta de la necesidad de la garantía de suministro.

Seguridad Nacional no es, obviamente, un organismo energético. Pero sí tiene la obligación de analizar los riesgos para la defensa de España. Y en su último informe lo hace dedicando todo un amplio apartado a la situación energética nacional. Seguridad Nacional recuerda que el propio Gobierno cuenta ya con un Plan Nacional que establece como objetivo para el año 2030 que las energías renovables representen un 42 % del consumo de energía final en España. “De forma congruente con este objetivo, el plan define una serie de objetivos intermedios para la cuota de participación de las energías renovables, situándola en un 24 % para el año 2022 y un 30 % para el año 2025”, señala el informe de Seguridad Nacional.

Ello supone todo un reto en cuanto a “la conexión a la red de transporte y distribución del elevado contingente de generación renovable […], que implica una instalación media en torno a 6 GW/año, anualmente, hasta 2030”. El mismo plan oficial contempla ya «disminuir la dependencia energética del exterior de un 74% en 2017 a un 61% en 2030». «Adicionalmente, se contemplan cerca de 59 GW de nueva generación renovable hasta 2030, a lo que se sumarán las líneas y subestaciones que habrá que tramitar y construir para poder integrar este contingente».