ENERGÍA

España sigue comprando gas ruso en barcos metaneros mientras Sánchez culpa de la inflación a Putin

Gas
Metanero.
Carlos Cuesta

El pasado 9 de marzo, OKDIARIO desvelaba la llegada a España, en pleno ataque de Putin a Ucrania, de un gran barco metanero. Su nombre era Nikolay Urvantsev. Todos los países discutían sobre las medidas a adoptar para castigar a Rusia y España compraba gas ruso, su principal mecanismo de financiación. Han pasado los días. Y los muertos. Y el Nikolay Urvantsev ha vuelto al puerto de Bilbao con el mismo cargamento. Todo ello, mientras las criticas a Putin no cesan. Pero la decisión de Reino Unido o de Estados Unidos de dejar de comprar gas a Rusia ni se baraja.

Pedro Sánchez no ha dejado de alardear de su «compromiso inquebrantable» con Ucrania. Pero España no ha dejado de comprar gas ruso transportado en buques metaneros. Este pasado martes llegaba al puerto de Bilbao, por segunda vez desde el inicio de la guerra, uno de esos barcos al Puerto de Bilbao. Se trata del metanero Nikolay Urvantsev, un buque con bandera de Hong Kong, pero que transporta gas natural licuado de los yacimientos rusos de Yamal.

Se trata de un enorme buque de 300 metros de eslora, 50 de manga y 12 metros de calado. La capacidad de este metanero es de 175.000 m3 de GNL: aproximadamente el consumo de un un día entero de España. El Nikolay Urvantsev partió el 28 de febrero de los yacimientos de Yamal en esa primera entrega y ayer mismo volvía al puerto español. Es decir, las dos descargas han sido realizadas con la invasión de Putin a Ucrania en pleno apogeo.

Y todo ello ha sucedido mientras Reino Unido como Estados Unidos han decidido vetar el crudo ruso. Boris Johnson anunció el 8 de marzo su eliminación «gradual» de la importación de petróleo de Rusia y los productos derivados del crudo ruso para finales de 2022. Y en la misma línea, el presidente estadounidense, Joe Biden, decretó la prohibición de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón de Rusia, en una medida adicional de presión a Moscú por la invasión a Ucrania.

En la UE, por su parte, ha primado la cautela anunciando que estaría en condiciones de reducir en dos terceras partes la dependencia de gas ruso de aquí a fin de año. Es más: Bruselas ya ha anunciado su deseo de expulsar al gigante energético ruso Gazprom del mercado europeo de reservas de gas. Una decisión sin precedentes que también deja a Sánchez una vez más en evidencia.

España no tiene la gran dependencia del gas ruso que tienen países como Alemania o Italia y podría haber elegido otras opciones. En la cartera de aprovisionamientos, países como Argelia, Nigeria, Qatar o Francia son suministradores de gas mucho más importantes que Rusia, que en 2020 suministró sólo un 10,43%. Por lo tanto España sí tiene otra opción al gas ruso.

España puede comprar más gas de esos exportadores. Y, según lo anunciado por el actual Gobierno, no hay problema de suministro desde Argelia. Pero, pese a ello, siguen llegando un barco metanero como el Nikolay Urvantsev a las costas españolas. Una postura no excesivamente coherente con el hecho de estar, en teoría, volcados en ayudar a Ucrania. Y es que la venta de materias primas de Rusia es un principal fuente de ingresos. Y, por lo tanto, su principal vía para financiar, entre otras cosas, los bombardeos a Ucrania.

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