España
Cumbre de la OTAN

Antisistemas de toda Europa amenazan la cumbre de la OTAN: se ocultan en pisos okupas desde hace un mes

Llevan aproximadamente un mes en Madrid, viviendo en centros okupados, pisos y locales de antisistemas españoles. Las unidades de Información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil ya los tienen localizados e identificados, pero de momento no han cometido ningún delito en nuestro país. La mayoría provienen de Grecia, Italia, Francia, Bélgica y Holanda. Son los temidos Black Blocks, militantes de grupos como FAI, Cruz Negra o Terra di Nessuno, entre otros que intentarán reventar la cumbre de la OTAN en Madrid.

Para hacerles frente tras la manifestación oficial convocada este domingo  hay 1.800 policías de las UIP movilizados pertenecientes a 48 grupos de los 52 que existen. Porque los incidentes, que se producirán, serán al final de la manifestación como siempre.  Hasta el momento hay tres protestas convocadas, una por la Plataforma Anti OTAN el domingo y las otras dos por grupos antisistema y anarquistas. La Delegación del Gobierno en Madrid ya ha prohibido una de estas prevista para el miércoles que viene.

Muchos integrantes de estos grupos antisistema y antiOTAN se concentran en torno a los Centros Sociales Okupados y Autogestionados (CSOA) de Madrid o squats, como los llaman ellos para abreviar, pero también han estado alojados en Cataluña, Andalucía y Valencia. Otros se alojan en hostales y albergues de la capital y sus alrededores, de hecho los Servicios de Información de Policía y Guardia Civil ya han rastreado estos lugares e identificado a la mayoría de ellos, pero no pueden ser detenidos porque no han cometido ningún delito en España, todavía.

Los anarquistas más violentos se han agrupado en España en torno a lo que ellos llaman «comandos insurreccionales», que se declaran claramente antiOTAN. El grupo español más conocido era el «Comando Insurreccional Mateo Morral», que tomaba su nombre del anarquista Mateo Morral Roca, responsable del atentado contra el Rey Alfonso XIII y la Reina Victoria Eugenia el 31 de mayo de 1906. Este grupo se hizo famoso tras reivindicar un ataque contra la basílica del Pilar de Zaragoza y contra la catedral de la Almudena en 2013.

Los grupos españoles los denominan irónicamente «insumalotes» (insurreccionales malotes) en los foros y grupos de Internet donde son muy activos. Tras los ataques a la basílica de El Pilar, la Policía detuvo a dos anarquistas chilenos, hombre y mujer, condenados a 12 años de prisión y finalmente expulsados a Chile. Según los Mossos, este grupo estaba relacionado con la FAI (Federación Anarquista Informal), a quien Interpol relaciona con atentados en Chile, Alemania, Italia y Grecia. Fuentes de los servicios secretos italianos han descrito la FAI como varios grupos anarquistas, unidos porque defienden la lucha armada. Estos diferentes grupos suelen actuar por separado y aunque nacieron en Italia en 2o12, han atacado en Reino Unido y Grecia durante la última década.​

Entre los grupos violentos internacionales más activos también están los italianos de «Terra di Nessuno» (Tierra de Nadie), que reúne anarquistas de la Toscana. Por ejemplo, dos de sus miembros fueron detenidos tras los altercados de Cataluña de octubre de 2019 y varios también resultaron identificados en Barcelona en febrero de 2021 durante las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. Su fundador, Constantino Ragusa, ha sido procesado varias veces en Italia. En concreto se cree que la «célula española» está dirigida por una italiana. Cinco integrantes de «Terra di Nesunno» fueron detenidos en marzo de 2021 en Barcelona por incendiar una furgoneta de la Policía con un agente dentro. En su caso se alojaban en squats -como se llama a los centros okupas- de La Kanka, en Canet de Mar, y Nabat, en Mataró.

Aunque los anarquistas clásicos europeos se declaran mayoritariamente pacíficos, en numerosos foros hablan del sabotaje como una herramienta legítima de autodefensa:»Entendemos el sabotaje como valioso en sí mismo en nuestro camino de desestabilización, colapso y destrucción del sistema y al mismo tiempo como propaganda», han llegado a publicar. Estos militantes de extrema izquierda no se esconden y los Servicios de Información de Policía Nacional y Guardia Civil los tienen controlados porque los «monitorizan» constantemente en redes sociales y foros. Incluso algunos contrarios a la OTAN como los kurdos refugiados en Suecia pueden aprovechar la presencia de numerosos medios de comunicación internacionales para protestar contra el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan. Si han entrado en España lo han hecho con pasaporte sueco, así que están dentro de la zona Schengen y no necesitan visado. De hecho, la seguridad en torno a Erdogan se incrementará especialmente.

Entre los griegos el más peligroso es el grupo Rouvikonas (Rubicón), detectado ya en Cataluña durante los incidentes de 2019. Se cree que el grupo está formado por entre 150 a 200 personas. Nacieron en 2013, en el distrito ateniense de Exarcheia, la zona histórica donde se ubica la Universidad Politécnica de Atenas. Sus acciones más comunes son la pintada de monumentos, la okupación de locales municipales o del Gobierno griego y sus últimas acciones en el resto de Europa han sido violentas.

En macromanifestaciones antiOTAN como la prevista para el domingo estos grupos se juntan con organizaciones como los «Black Blocks», que se unen sólo para protagonizar disturbios. Entre los españoles llaman la atención los militantes de Cruz Negra Anarquista (ABC por sus siglas en inglés), cuya mayoría de sus miembros son de origen madrileño. Cruz Negra se fundó en la antigua URSS, pero logró una gran expansión internacional en la década del 2000. En España ayuda a presos anarquistas, aunque promuevan la violencia o hayan cometido delitos graves, a diferencia de otras organizaciones formales como Amnistía Internacional, que no apoya a presos con delitos de sangre.

​En España nunca se ha podido probar la existencia de estos Grupos Anarquistas Coordinados (GAC) e incluso la Policía intentó desarticularlo, primero los Mossos en la operación «Pandora» y luego la Policía Nacional en las operaciones «Piñata» y «Ice». La Audiencia Nacional archivó Pandora y Piñata por falta de pruebas y aunque los detenidos en la operación Ice llegaron a juicio, acabó con la absolución de todos los detenidos, que pasaron de estar acusados de pertenencia a organización terrorista a ser juzgados por unos mensajes en Twitter.

En aquella ocasión se intentó vincularlos con tres atentados en diciembre de 2012, un artefacto explosivo en una sucursal bancaria de Barcelona, otros dos explosivos mandados al arzobispado de Pamplona y otro a un miembro de los Legionarios de Cristo en Madrid, que le estalló a una funcionaria de Correos y un ataque con una bomba a la catedral de la Almudena. En abril de 2013 también se les atribuyó la autoría de dos atentados simultáneos contra un banco de Barcelona y otro de Madrid.