España

La alianza de socialistas y comunistas en Portugal empaña el congreso del PPE

El partido que ganó las elecciones no gobernará en Portugal. El Partido Popular Europeo inauguró este miércoles su congreso en Madrid con la noticia de que su compañero Pedro Passos Coelho no gobernará pese a ganar las elecciones.

Los socialistas portugueses pactan «en despachos» con los comunistas antieuropeístas un gobierno de izquierda radical para dejar sin poder al conservador. Los inversores presionan para que no impere la inestabilidad, pero lo cierto es que el líder socialista, António Costa, se reunió a última hora de este martes con el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, para anunciarle que «está en condiciones de formar gobierno» con el apoyo de la izquierda radical, sumando sus 86 diputados a los 19 del Bloco de Esquerda y a los 17 de la CDU comunista.

Coelho no podrá asistir con sus homólogos europeos debido a las reuniones internas para evitar «la catástrofe de los populismos», tal y como señalan desde el PPE. Los populares europeos se lanzaron a explicar que un gobierno de izquierda radical «rompería todas los avances conseguidos en empleo, economía y tejido empresarial». «Los comunistas han pedido en el Parlamento Europeo una partida presupuestaria para la salida de Portugal de la UE y luego en su país piden permanecer en ella», aseguró el secretario del PPE, Antonio López-Istúriz. 

«Parece que ahora se decide el futuro entre socialistas y comunistas. Si eso sucede así, sería una mala señal de la que tienen que tomar nota en España algunos sobre una de tentación en este tipo de coaliciones», señaló Istúriz en referencia a Podemos.

El presidente del PPE, Jospeh Daul también mostró su preocupación y reconoció que el partido de Coelho, «nuestro partido», como le llamó, «había perdido un poco de peso», pero resaltó que habían sido, pese a eso, la lista más votada.

Si ahora «se pierden cinco o seis meses en las reformas económicas, si perdemos miles de millones, luego serán los ciudadanos quienes tengan que hacer nuevos esfuerzos para volver a la normalidad», advirtió.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también quiso pronunciarse al respecto diciendo que la noticia le ha pillado por sorpresa: «No sabemos exactamente qué es lo que va a ocurrir en Portugal. Sí sabemos que ha ganado el PP portugués y que tres o cuatro partidos pretenden hacer un Ejecutivo. Esas cosas siempre terminan mal y de ellas hay que aprender y tomar buena nota», ha aseverado.

«En fin, espero que esto no pase en España», ha continuado el jefe del Ejecutivo, que ha defendido que sea el partido más votado el que gobierne: «Es lo que siempre ha pasado en España y es lo democrático», aseguró.

Rajoy no perdió la oportunidad para mostrar su preocupación con las elecciones generales a la vuelta de la esquina y dijo que no tiene ni la «mínima duda» de que el PSOE «se aliará con cualquiera con tal de que no gobierne la lista más votada». «Lo ha hecho en todos los municipios», ha apostillado. En este sentido, Rajoy ha desvelado que no gobernará si no es la primera fuerza política el 20-D. Un mensaje que hasta el momento no había dicho y apostilló: «No voy a entrar en las cosas en las que están otros, particularmente el PSOE».

La derecha española tiembla ante un gobierno fuerte de izquierdas de cara a diciembre. «No vamos a utilizar este ejemplo para dar el mensaje del miedo contra Podemos. Esto no nos beneficia. Todos los esfuerzos que han hecho y han pedido a la ciudadanía se pierden con sus políticas. Pedimos el voto porque Ciudadanos no es el voto útil y el PSOE está buscando a cualquier fuerza menos nosotros para formar gobierno», ha explicado el popular Pablo Casado a este medio.

El jefe de la delegación española del PPE, Esteban González Pons, duda si en España podría pasar lo mismo que en Portugal aunque no descarta «un pacto de perdedores». Pons destaca que «cuando el centro político es débil, los extremismos se hacen fuertes».

El eurodiputado aseveró que lo que hace la «extrema izquierda» es «renunciar a su programa para llegar al poder». «Los populismos renuncian a todo para gobernar. No se presentaron a las elecciones para transformar Portugal, sino para mandar en Portugal, que no es lo mismo».

En la Asamblea portuguesa, la alianza centro-derechista del PSD y el CDS-PP suma 107 escaños, frente a los 86 de la izquierda moderada del PS, que, unida al Bloque (19) y a los comunistas (17), podría impedir que el nuevo Gobierno tomase posesión al contar con 122 parlamentarios, 6 más que la mayoría absoluta (116).

Los eurodiputados avisan que si se produce una eventual moción de rechazo contra el PSD y el plan del CDS-PP prosperase, la inestabilidad en Portugal podría prolongarse hasta junio, cuando se convocarían nuevas elecciones, mientras el actual Ejecutivo conservador se mantendría en funciones.