Los separatistas impulsan a Sánchez Llibre en Fomento del Trabajo para controlar la patronal

Josep Sánchez Llibre.
Josep María Sánchez Llibre.
Carlos Cuesta

Los separatistas ya tienen un candidato para controlar a la patronal catalana: Josep Sánchez Llibre.  Queda menos de un año por el relevo de Joaquim Gay de Montellà, presidente de Fomento del Trabajo. Y los preparativos de una de las fases de ampliación del golpe separatista están en marcha. Torra es consciente de que la fuga de empresas fue uno de los puntos débiles del 1-O y quiere más control de las empresas de cara a futuras presiones golpistas. Por ello quiere cambiar a Gay de Montellà y sustituirlo por un perfil de partido.

Sánchez Llibre no es su perfil idóneo. Pero los separatistas consideran que es lo máximo que puede aceptar la empresa catalana. El ex diputado de Unió Democràtica de Catalunya no es mal visto entre las empresas. Y PDeCAT cree que, pese a no ser un candidato separatista puro, pondrá menos problemas a su propósito que el actual presidente.

Sánchez Llibre para por ser un perfil continuista. Ha pasado tres décadas como miembro destacado de Unió Democràtica y año y medio como responsable de relaciones institucionales de la CEOE.

Pero lo cierto es que es visto como la opción para ir ganando, paso a paso, el control de Fomento. Y es que Quim Torra y los partidos separatistas preparan ya la nueva entrega del golpe. La que pretenden dirigir hacia el mundo de la empresa, conscientes de que la fuga de empresas fue una de las claves del último fracaso independentista.

Por eso se preparan ya para empezar a desestabilizar las tres grandes bazas empresariales catalanas: Fomento del Trabajo, el Círculo de Economía y la Cámara de Comercio. Porque saben que si consiguen controlar la influencia empresarial su camino hacia la ruptura puede ser más fácil.
Por eso, el Govern de Quim Torra quiere tomar el control de Fomento del Trabajo, el Círculo y la Cámara. Las tres grandes instituciones empresariales catalanas.

Y para ellos, Fomento del Trabajo es un punto de referencia muy especial. Allí se encuentra ahora Joaquim Gay de Montellà. Es el presidente. Y el mismo que alertó de que las actuaciones separatistas podían lanzar a “Cataluña a un largo periodo de estar en stand by, sin crecimiento económico durante 10 años o más, como ocurrió en Japón, si seguimos así, con esta indefinición y sin un Gobierno de la Generalitat que quiera negociar y pactar para atraer inversiones con una marca Cataluña resuelta dentro de España”.

Gay de Montellá afirmó, además, que “no tiene ningún sentido que se elija máxima autoridad de la Generalitat a una persona privada de libertad. El candidato a la investidura debe reunir las condiciones de normalidad dentro del ordenamiento”. Y este tipo de personas como líderes de la empresa claramente no les interesan a los separatistas.

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