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Unicaja reconoce que la guerra puede tener incidencia en las provisiones de la banca

El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ha reconocido que la guerra entre Ucrania y Rusia afectará negativamente a las previsiones de crecimiento económico y a la evolución de la calidad de los activos, que se pondrá a prueba con la retirada de medidas adoptadas para frenar los efectos de la pandemia, lo que puede tener incidencia en materia de provisiones.

Durante su discurso inicial en la junta general ordinaria de accionistas de Unicaja Banco, Azuaga ha apuntado que lo factores de riesgo que amenazan a la situación macroeconómica son el Covid-19, el conflicto bélico, una inflación más alta de lo previsto y la situación del mercado inmobiliario en China.

En cuanto a la guerra, ha advertido de que, más allá de la «tragedia humana» y los «incalculables costes sociales» que provoca, tiene ineludiblemente graves consecuencias en la economía mundial. En cuanto a la economía española, pese a tener una exposición directa reducida a los países en conflicto, se verán afectadas a la baja las previsiones crecimiento del PIB del 5,8% en 2022 y 3,8% en 2023 que pronosticaba el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha señalado Azuaga.

En lo referente al sistema financiero, el presidente de Unicaja Banco ha reconocido que el abanico de retos a los que están sujetas las entidades de crédito «no deja de ampliarse».

«A este respecto, son bien conocidas las dificultades para generar ingresos recurrentes en un contexto de tipos interés ultra reducidos. De nuevo, la situación de incertidumbre ocasionada por el conflicto bélico viene a alterar la perspectiva de su evolución, así como las referentes a la calidad de los activos. Esta se verá puesta a prueba ante la previsión de retirada de medidas adoptadas para frenar los efectos de la pandemia, lo que puede tener incidencia en materia de dotaciones y provisiones», ha avisado.

Retos estructurales

Todo ello se suma a los retos de carácter estructural a los que se enfrenta la banca, entre los que Azuaga ha citado a los derivados de la recomposición del sector, la irrupción de nuevos competidores de origen tecnológico, el incremento del peso de la banca en la sombra, la gestión de los riesgos vinculados a la ciberseguridad, la dependencia de proveedores de servicios externos y los ligados a las finanzas sostenibles.

Azuaga ha puesto en valor que las entidades financieras desempeñan una función «primordial» para el desarrollo de la actividad económica, pero ha advertido de que, para poder desarrollar su función y contribuir al progreso económico y social, es «imprescindible» poder preservar niveles adecuados de solvencia, liquidez y rentabilidad en un marco de seguridad jurídica para hacer frente a los desafíos y riesgos a los que se enfrentan.

Además, ha hecho referencia a la importancia de aprovechar la innovación tecnológica, teniendo presente que para favorecer la inclusión financiera mediante la tecnología pasa pro superar la brecha digital. «Para ello es necesaria la colaboración de agentes públicos y privados, es imprescindible para la adecuada atención de las necesidades de la ciudadanía», ha recalcado.

Azuaga también ha hecho mención durante su intervención a la fusión con Liberbank, aprobada hace un año por los accionistas, que ha permitido conformar el quinto banco del sistema español por volumen de activos, con «amplia y diversificada presencia en territorio nacional, elevada solidez de balance y un equipo profesional con amplia experiencia».