`
Economía
Unión Europea

La UE confirma el adiós al dinero en efectivo para pagar esto: el cambio va a llegar muy pronto

La Unión Europea busca desde hace tiempo poder controlar mejor los pagos en efectivo, con el fin de evitar los fraudes, es decir, la ocultación de fondos, la financiación de  actividades ilícitas o esquivar controles. Y ahora, por fin, Bruselas ha decidido poner fecha a un límite común para todos los países. No es un cambio que vaya a ser inmediato, pero sí marca un antes y un después en la manera de realizar ciertos pagos.

Vivimos en una era e el que cada vez más, usamos las tarjetas, bizum y los pagos online, pero todavía hay sectores que siguen funcionando con billetes y monedas para operaciones de gran volumen. Y en ese terreno es donde la UE quiere actuar. No se trata  de perseguir al ciudadano medio, sino de cerrar grietas que hasta ahora han permitido mover cantidades enormes sin demasiado control. Pero claro, en pleno ruido por el euro digital, cualquier cosa que afecte al efectivo despierta inquietud. Aun así, la normativa ya está aprobada, así que si nada cambia, dentro de dos años todas las transacciones en efectivo dentro de la Unión tendrán un límite idéntico. Dará igual el país donde vivas ya que la regla será la misma, aunque cada Estado pueda decidir apretarla un poco más, como ya hace España.

La UE confirma el adiós al dinero en efectivo para pagar esto

El Reglamento 1624/2024 fija un tope único: no se podrá pagar más de 10.000 euros en efectivo en ningún Estado miembro. La medida entrará en vigor el 10 de julio de 2027, dejando a los países la opción de endurecer su propia legislación si lo consideran necesario.

España, de hecho, ya lo hace. Aquí el límite para pagos en metálico en operaciones con profesionales es 1.000 euros, una de las cifras más bajas de la Unión. De ahí que, para muchos usuarios, el nuevo reglamento no suponga un cambio directo, aunque sí estandariza las reglas a nivel europeo y cierra la puerta a diferencias que hasta ahora dificultaban el control.

La idea de fondo es clara: impedir que grandes sumas puedan circular sin trazabilidad y reducir el riesgo de blanqueo o financiación de actividades ilegales.

¿En qué pagos se aplicará realmente este límite?

Conviene diferenciar, porque no todo entra en esta norma. El límite europeo afecta sobre todo a:

Pero no se aplica a:

Es decir, que en el caso de que hagas una compra importante, sí te afectará; pero si haces una transferencia a un familiar o ingresas dinero en tu banco, no.

Más control financiero para cajas fuertes, cuentas y criptomonedas

Además del límite al efectivo, la normativa añade otro capítulo importante: la creación de un registro centralizado que permitirá identificar titulares de:

Este registro no será público. Sólo podrán consultarlo las autoridades si existe una investigación relacionada con delitos graves. Bruselas asegura que la privacidad está garantizada y que el objetivo es evitar vacíos legales donde se esconden parte de estas operaciones.

Una lucha más amplia contra el blanqueo

Este reglamento forma parte del paquete europeo contra el blanqueo de capitales, que combina varias medidas con un único objetivo: reforzar la trazabilidad de los movimientos de dinero. La limitación del efectivo es solo una pieza, pero se complementa con otras herramientas, como el registro centralizado donde constarán cuentas, cajas de seguridad y determinados activos digitales.

La idea es que, si una autoridad necesita investigar una operación, pueda hacerlo con más rapidez y menos obstáculos. Bruselas insiste en que la normativa no afecta a la vida cotidiana de los ciudadanos en operaciones pequeñas, sino únicamente a pagos de gran volumen donde el efectivo dificultaba el control. De hecho, recuerda que cada país podrá seguir aplicando límites más estrictos si ya los tenía vigentes, como sucede en España.

Un cambio que llega en pleno debate sobre el euro digital

La reforma aparece en un momento en el que la conversación sobre el euro digital está especialmente encendida. Hay quien ve estas medidas como una forma de empujar al ciudadano hacia el dinero electrónico, aunque la UE insiste en que el efectivo seguirá existiendo. Lo que cambia es el margen para utilizarlo en pagos de gran volumen.

Por ello, a partir de 2027, si nada se altera en el calendario, ningún pago en efectivo podrá superar los 10.000 euros en la Unión Europea. Es un movimiento que refuerza la transparencia, pone límites claros y marca el rumbo hacia un sistema financiero más controlado. Un cambio que muchos veían venir desde hace tiempo y que, de forma definitiva, ya tiene fecha.