Economía
SEGURIDAD SOCIAL

El truco de la Seguridad Social para cotizar sin tener que trabajar

Cómo cotizar sin tener que trabajar

Cotizar en la Seguridad Social no solo está limitado únicamente a los periodos en los que se trabaja de manera activa. Existen mecanismos que permiten acumular años cotizados sin necesidad de mantener un contrato laboral, y este enfoque se realiza a través de acuerdos voluntarios o convenios especiales con la Tesorería de la Seguridad Social.

Este método es especialmente relevante para aquellos que se encuentran en situaciones específicas, como el cese de la actividad laboral, la transición a la jubilación, o la necesidad de compensar cotizaciones ante cambios en las condiciones laborales.

La cotización a la Seguridad Social representa una obligación legal tanto para los trabajadores por cuenta ajena como para los autónomos en España. Este proceso implica una contribución económica que tiene como destino financiar el sistema de protección social del país. Dicho sistema proporciona prestaciones en situaciones diversas, como desempleo, enfermedad, incapacidad, maternidad, paternidad y jubilación, entre otras.

Cotización en la Seguridad Social

En particular, la cotización a la Seguridad Social tiene como objetivo financiar diversas prestaciones, entre las cuales se encuentran las prestaciones por desempleo, que incluyen asistencia económica, formación y servicios de orientación laboral para aquellos en situación de desempleo. También cubre prestaciones por enfermedad y accidente, que comprenden beneficios económicos y servicios sanitarios para quienes enfrentan incapacidad temporal debido a enfermedad o accidente. Asimismo, abarca prestaciones por maternidad y paternidad, con beneficios económicos y servicios sanitarios para aquellos en período de descanso por estas razones. Otras áreas incluyen prestaciones por incapacidad permanente, muerte y supervivencia, así como jubilación, cada una proporcionando beneficios económicos y servicios sociales específicos.

El proceso de cotización a la Seguridad Social se lleva a cabo mediante las empresas, que descuentan la cantidad correspondiente de las nóminas de sus empleados. En el caso de los autónomos, la responsabilidad recae en ellos directamente, debiendo realizar los pagos pertinentes a la Seguridad Social.

La cuantía de la cotización a la Seguridad Social varía en función de la base de cotización, que se determina según el salario del trabajador. Es un aspecto fundamental del sistema de protección social español y opera bajo el modelo de reparto, donde las prestaciones se financian con las contribuciones de los trabajadores y las empresas en activo.

La cotización también resulta crucial para la jubilación. Dependiendo de los años que una persona o trabajador hayan cotizado, la pensión de jubilación será mayor o menor. Esta es una de las razones principales por la que algunos ciudadanos que se encuentran en una situación en la que no cotizan, pueden decidir realizar una aportación a la Seguridad Social, y así asegurarse un futuro más beneficiosa para ellos en el momento en el pongan punto y final a su actividad laboral.

Por tanto, es importante conocer estas alternativas para aquellos ciudadanos que decidan seguir incrementando sus aportaciones y su tiempo cotizado, que resultará clave de cara al futuro.

Iniciar la cotización voluntaria

Para iniciar este proceso, es necesario solicitar el formulario TA-0040, que habilita la adhesión a dicho convenio. Al completar y presentar esta solicitud, la persona está comprometida a realizar pagos mensuales, cuya cuantía se determina en función de la base sobre la cual desea cotizar. Estos pagos contribuirán al cómputo total de años cotizados, impactando directamente en el cálculo de la futura jubilación al momento de solicitarla.

Es importante destacar que, para acceder a una pensión de jubilación, se requiere un mínimo de 15 años cotizados, de los cuales al menos dos deben corresponder a los últimos 15 años previos a la jubilación. Este requisito subraya la relevancia de este enfoque para aquellos que se acercan a la edad de retiro, carecen de empleo y buscan cumplir con los requisitos necesarios para recibir la pensión correspondiente.

El grupo de personas que puede solicitar este convenio es variado e incluye a aquellos que no están dados de alta en la Seguridad Social, pluriempleados que han cesado en alguna de sus actividades laborales, quienes dejan de percibir prestaciones o subsidios por desempleo, pensionistas declarados capaces o inválidos parciales, individuos cuya solicitud de pensión fue rechazada, trabajadores con Incapacidad Permanente Total o jubilación anulada por sentencia firme, aquellos que tienen un nuevo empleo y desean compensar cotizaciones, y quienes han cotizado al menos 1.080 días (3 años) en los 12 años inmediatamente anteriores a suscribir el convenio, a excepción de quienes son víctimas de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

Además, se incluyen trabajadores por cuenta ajena indefinidos y trabajadores por cuenta propia dentro del sistema de la Seguridad Social, con más de 65 años y al menos 35 años cotizados.

Este enfoque ofrece una alternativa valiosa para aquellos que desean mantener o incrementar sus años cotizados, incluso en situaciones donde no están activamente empleados. La flexibilidad de estos convenios especiales proporciona una herramienta adicional para la planificación de la jubilación y la gestión de la seguridad económica en el futuro.