Economía
Mercado hipotecario

La trampa de las hipotecas con interés bajo: cuidado si te obligan a contratar productos financieros

La hipoteca bonificada puede ser casi 2.000 euros más cara al año que los préstamos sin vinculación

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  • Nayara Mateo
  • Redactora de economía, especializada en el sector inmobiliario, turismo, consumo y distribución. Antes en Expansión, Efe y Brainsre.news.

No siempre las hipotecas con intereses más bajos son las más baratas. Actualmente, muchos bancos ofrecen préstamos hipotecario con un interés fijo inicial de menos del 2,5% para los primeros cinco años; un precio muy atractivo ahora que el euríbor supera el 4%. Sin embargo, para conseguir este tipo de interés hay que contratar productos financieros que encarecen mucho la hipoteca.

En muchas ocasiones, especialmente en las hipotecas a tipo mixto, sus bajos tipos se ofrecen a cambio de que el cliente contrate un buen número de productos con el banco: seguros, planes de pensiones, tarjetas, fondos de inversión, entre otros. El precio de estos extras puede encarecer notablemente el coste del préstamo hipotecario, por muy reducido que sea su interés.

Hipotecas con bonificación

Afortunadamente, es fácil detectar si el interés de una hipoteca está rebajado o no por contratar otros productos. Según HelpMyCash, los bancos están obligados, legalmente, a indicar si el precio de sus hipotecas está bonificado (rebajado) a cambio de cumplir ciertas condiciones. Y si lo está, tienen que mostrar el tipo que aplican tanto si se reúnen esos requisitos como si no. Además, hay que recordar que el banco no puede obligar al cliente a contratar este tipos de productos.

El caso de Cajamar es un buen ejemplo. En su página web pueden encontrarse las condiciones de su HipotecON Tipo Mixto, cuyo interés es del 3,40% los primeros cinco años y de euríbor más 1,60% para los siguientes en caso de no contratar ningún producto adicional del banco. En cambio, su tipo bonificado es del 2,40% durante el primer lustro y de euríbor más 0,60% para el resto del plazo si el cliente domicilia su nómina en la entidad, contrata sus seguros de hogar y vida, usa una de sus tarjetas e invierte en cualquiera de sus fondos.

En este caso, si un cliente necesita 150.000 euros a devolver en 30 años y pide la hipoteca mixta de Cajamar. Con la máxima bonificación, se le aplicará un interés del 2,40% durante los primeros cinco años, así que sus primeras 60 cuotas serían de casi 585 euros mensuales. Sin embargo, el coste de los seguros, de la tarjeta y del fondo ascendería a unos 545 euros al año, por lo que el total a pagar por este préstamo sería de unos 37.825 euros durante los primeros cinco años.

Pero si este cliente se decanta por la Hipoteca Flexible de EVO Banco, cuyo interés es un poco más alto, del 2,45% los primeros cinco años y de euríbor más 0,60% los siguientes, pero está bonificado solo por domiciliar la nómina y contratar los seguros de hogar y vida de la entidad. En este caso, las primeras 60 mensualidades serían de casi 589 euros, pero como el coste anual de los productos asociados sería inferior (algo más de 380 euros al año para un perfil medio, según la página web de la entidad), el total a pagar por este préstamo durante el primer lustro sería de alrededor de 37.240 euros; menos que con Cajamar.

Hasta 2.000 € más caras

La hipoteca bonificada puede ser casi 2.000 euros más cara al año que los préstamos del mismo importe sin vinculación a pesar de que estos tienen tipos de interés más altos, según un estudio de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). Los requisitos más exigidos por los bancos para poder reducir el tipo de interés de la hipoteca son domiciliar la nómina, contratar el seguro de vida y seguro de hogar o incluso instalar la alarma que comercializa la entidad, entre otros.

En general, las hipotecas que exigen bonificación son de media 577 euros más caras al año, «porque la TAE (Tasa Anual Equivalente) incorpora el precio de todos los productos que deben contratarse de forma complementaria», explica Antonio Gallardo, responsable de Estudios de la asociación. Es decir, cada uno de estos productos tiene un precio o una comisión que cobra un banco, cuya suma anula con creces la rebaja de tipos de interés.