Economía
Caso Cenyt

Torres no se libra de la sombra de FG: el jefe de Auditoría Interna es la mano derecha del gallego

Joaquín Gortari, el responsable de Auditoría Interna de la entidad y ex jefe de gabinete de FG

El actual presidente de BBVA Carlos Torres consiguió el jueves quitarse el lastre de la presencia del anterior presidente, Francisco González, a 18 horas de celebrar la junta de accionistas de este viernes. Con esa operación, Torres ha ganado tiempo y ha conseguido desactivar algunos discursos muy críticos que se estaban preparando para la junta de accionistas del viernes como el del expresidente de Sacyr Luis del Rivero.

Sin embargo, a pesar de haber transitado con éxito y en apenas tres horas el mal trago de la junta de accionistas en el País Vasco, sede fiscal del grupo, para la gestión de cara a futuro Torres aún no se va a librar del todo de la sombra de FG, con un equipo directivo y un consejo de administración aún muy impregnado de ‘franciscogonzalismo’. Algunas de las personas más próximas a González siguen teniendo un puesto clave en el banco.

El ejemplo claro es Joaquín Gortari, designado responsable de Auditoría Interna justo antes de la marcha de FG. Según fuentes conocedoras de la situación, es Francisco González el que se preocupa especialmente por la designación de Gortari en ese puesto clave para auditar a los directivos y su buen gobierno corporativo. Según ‘El Confidencial’ Gortari, como jefe de gabinete de FG, tenía conocimiento de la relación con Villarejo pues en 2016 le solicitó información sobre un viaje privado de FG a través del jefe de seguridad de BBVA, Julio Corrochano, que abandonó el banco al explotar el escándalo el 9 de enero.

BBVA encargó supuestamente en junio del pasado año una investigación interna para conocer hasta dónde llegó la relación de González con el excomisario José Manuel Villarejo. Esta investigación no ha arrojado ningún resultado a la luz pública pese a haber transcurrido nueve meses y ya no lo hará puesto que al explotar el escándalo de forma definitiva el 9 de enero, el banco contrata a Garrigues, a Uría & Menéndez y por último el forensic de PwC.

Gortari solicitó en 2016 información a Villarejo sobre un viaje privado de FG a Grecia a través del jefe de seguridad Julio Corrochano

Para esta investigación sobre las escuchas de González supuestamente encargada por el propio González, los responsables eran los dirigentes de Auditoría Interna (José Luis de los Santos Tejero) y de Legal & Compliance (Eduardo Arbizu). Sin embargo, cuando es inminente la explosión del caso Villarejo, apenas 20 días antes de publicarse las primeras filtraciones en varios medios, se producen los cambios del 20 de diciembre donde se nombra a Joaquín Gortari como responsable de Auditoría Interna. Son los mismos cambios en los que Torres es nombrado presidente y FG consigue continuar con cargos honoríficos a costa del banco.

Gortari, al contrario que Corrochano, no solo sigue como responsable del departamento de Auditoría Interna, sino que colabora junto con los departamentos de Compliance y Legal en la citada investigación, si bien no lidera la misma, una función que queda en manos de las auditoras Garrigues y PwC.

Según informan fuentes financieras, con la llegada de PwC, Garrigues y Uría han entrado unos 50 profesionales en el banco para solicitar la información a fondo, un proceso que durará meses por la complejidad del mismo y porque está analizando hechos ocurridos hace más de diez años. La función del departamento de Auditoría Interna ha quedado diluida y con ella la de Gortari, que no obstante sigue como responsable y actuando a requerimiento de las auditoras.

«Madrid lo ha contaminado»

Gortari no es el único hombre de FG que aún se mantiene en el banco, pues tras dos décadas de poder omnímodo de González, que se inició en el banco público Argentaria origen de BBVA junto con BBV, son muchos los resquicios del mandato del influyente gallego en el segundo banco español. Este mismo viernes el portavoz de los accionistas vascos del viejo BBV, el llamado ‘clan de Neguri’, ha pedido a Carlos Torres que «vuelvan los órganos de decisión a Bilbao. Madrid lo ha contaminado todo. Necesitamos un banco fuerte en ética, no con palabras bonitas. Si no, la siguiente junta de accionistas la haremos en Estambul, y allí es mucho más difícil solicitar documentos», ha indicado el portavoz de muchas de las familias vascas apartadas de la dirección del banco tras la toma de poder de FG.

El aplauso del auditorio del Palacio Euskalduna ha sido casi unánime. La nostalgia del antiguo BBV primaba en esos asistentes.

Torres, 98% votos a favor

No obstante, la votación final de los acuerdos llevados a junta de accionistas ha puesto de manifiesto que, pese a las quejas de algunos, la mayoría del capital se encuentra comprometido ahora mismo con el equipo directivo de Torres y Genç. La aprobación de las cuentas anuales ha sido respaldada con el 99% de votos a favor, como los estados de información no financiera. La elección de Torres como máximo directivo sólo ha dejado de ser apoyada por un 2% del capital, que ha bajado al 1% en el caso del turco.

La política de remuneraciones ha sido el acuerdo llevado a junta que menos apoyo ha recibido, y aún así ha sido aprobada con un 95% de ‘quorum’.

Sea como fuere, Torres consigue salvar el ‘match ball’ de la junta de accionistas y el trago amargo de jugar ‘fuera de casa’ en Bilbao. A pesar de que en su discurso ha insistido en la identidad bilbaína de BBVA y hasta ha pronunciado frases completas en vasco, la sensación ha sido de intento de venganza entre los representantes de ‘Neguri’, que han perdido la capacidad de control sobre el banco, y la figura de Torres a quien han castigado por los desmanes de los que acusan a FG.

Por su parte, FG tiene que abandonar los privilegios que tenía como presidente de honor de la Fundación. Entre ellos, su despacho en el palacio que BBVA posee en la calle Recoletos de Madrid.