Economía
España 2050

Sánchez plantea seguir subiendo de forma masiva los impuestos en España de aquí a 2050

El Gobierno de Pedro Sánchez plantea realizar una fuerte subida de impuestos en los próximos años. En su hoja de ruta de cara a 2050 -cuando el actual presidente del Gobierno tendría 78 años- el Ejecutivo explica que «desde hace décadas, España presenta una brecha notable entre ingresos y gastos públicos, algo que limita la capacidad redistributiva del estado de bienestar».

La receta: «Para corregir esta situación, nuestro país deberá llevar a cabo una serie de cambios en su sistema tributario, de forma progresiva en el tiempo, que afecten, también, a los tributos cedidos a las comunidades autónomas y las administraciones locales».

Es decir, que lo que Sánchez quiere es subir los impuestos pero no sólo en el Estado sino también forzar un incremento de la fiscalidad en las CCAA y en los ayuntamientos. Una de las obsesiones de Sánchez es elevar los impuestos en la Comunidad de Madrid forzando desde el Estado la eliminación de las bonificaciones en Patrimonio, Sucesiones y Donaciones.

El objetivo del Gobierno socialista y de Podemos es elevar la presión fiscal del 35% que había en el promedio 2015-2019, el último periodo disponible, al 37% en 2030, al 40% del PIB en 2040, y al 43% en el año 2050, según se puede observar en los indicadores económicos que recoge la hoja de ruta presentada en un acto con empresarios y agentes sociales.

El objetivo del Gobierno: «Resolver el problema de la insuficiencia recaudatoria» con el argumento de «mejorar la equidad del sistema». De hecho, con un horizonte hasta 2030 -es decir, en menos de 9 años- los expertos de Moncloa quieren «ampliar las bases de los impuestos, principal causa de la baja capacidad recaudatoria del sistema fiscal».

Según el documento que ha difundido el Ejecutivo, «esto requerirá de un mayor escrutinio de los beneficios fiscales manteniendo únicamente aquellos que sigan principios de efectividad, eficiencia y equidad». En román paladino: se eliminarían casi todos los beneficios fiscales. En las últimas semanas ya se ha planteado, por ejemplo, fulminar la tributación conjunta en el IRPF para matrimonios, lo que desde muchos ámbitos se ha considerado un ataque a la familia.

«Desde un criterio de equidad horizontal, los actuales sistemas de estimación objetiva por módulos o coeficientes en el IRPF, que no cuentan con equivalentes en los países de referencia, deberían transitar hacia sistemas de tributación basados en los ingresos reales, manteniendo la simplicidad y facilidad de gestión que suponen», señala.

La subida de las cotizaciones sociales planteadas por el Ministerio de Inclusión recientemente para los autónomos va en esta dirección de que los sistemas de tributación estén en líneas con los «ingresos reales».

Reforma del Impuesto de Sociedades e IRPF y subida de los impuestos especiales

El plan también habla de «racionalizar la fiscalidad corporativa e impulsar su armonización a escala internacional». «La reforma debe reducir todo lo posible las distorsiones provocadas por los beneficios fiscales del Impuesto sobre Sociedades (IS) que acaban sesgando su carga hacia empresas pequeñas y sectores tradicionales y menos móviles». Es decir, que Sánchez quiere cargar con más fiscalidad a las grandes compañías, lo que podría generar un desincentivo a la inversión.

Otro de los objetivos del Ejecutivo del PSOE y Podemos de aquí a 2030 es «llevar a cabo una reforma integral de los impuestos sobre la renta, el patrimonio y sucesiones y donaciones para eliminar los incentivos fiscales a favor de la inversión en activos relacionados con el patrimonio inmobiliario, elevando la tributación efectiva del capital hasta situarla en línea con los países de la UE».

«Asimismo, debe replantearse el papel del impuesto sobre el patrimonio y del impuesto de sucesiones y donaciones en las haciendas autonómicas para evitar estrategias de competencia fiscal indeseables, las cuales minan el alcance recaudatorio y progresivo de estos impuestos y el principio de igualdad que rige en nuestro país», dice el Gobierno.

Más gravamen al tabaco, al alcohol y a los combustibles

Por otro lado, desde Moncloa quieren «modificar los impuestos especiales, elevando los tipos de gravamen sobre bebidas alcohólicas, tabaco y combustibles derivados del petróleo». ¿La excusa? Hacer «converger» estos tributos con los establecidos en los principales países de la UE.1

Pero la España que tiene en la cabeza hasta 2050, no solo hasta 2030, también implica reformas de los impuestos. O lo que es lo mismo: subidas fiscales. «Adicionalmente, de aquí a 2050, habrá que reconsiderar las bases y los tipos de la imposición sobre el trabajo en el IRPF, adaptándolos según los efectos que el cambio tecnológico tenga sobre el mercado de trabajo y la desigualdad salarial en las próximas décadas», explica.

«Igualmente, si los cambios tecnológicos benefician relativamente a los propietarios del capital, como ha ocurrido durante las últimas décadas en muchas economías avanzadas, habrá que actualizar la imposición sobre el capital para gravar con más intensidad sus rendimientos. Por ejemplo, se podría incrementar la presión fiscal sobre las rentas no productivas asociadas al cambio tecnológico», remacha el informe.