Economía
personal eventual

Sánchez dispara un 31% el personal público contratado a dedo desde que llegó al Gobierno en 2018

El número de personal eventual en la administración central se ha disparado un 31,5% desde 2018 hasta 2020, según el último informe sobre el personal público de la Intervención General del Estado, organismo dependiente de Hacienda, conocido este lunes. Desde que Pedro Sánchez llegó al poder, el personal contratado a dedo ha pasado de 816 personas a 1.073. Si se descuenta de esta cifra el personal de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el personal de confianza ha pasado de 733 a 1.073 personas, un 46% más.

Además, el número de altos cargos ha pasado en este mismo tiempo de 336 a 396, 60 más, lo que implica un incremento de los gastos en personal. Si no tenemos en cuenta el personal militar y de la Policía y Guardia Civil, la cifra pasa de 263 en 2018 a 396 en 2020, 133 altos cargos más. Según se cifra en los Presupuestos Generales de 2021, la intención de Sánchez es elevar incluso esa cifra hasta superar los 450, como publicó este diario. Según los Presupuestos, el coste para las arcas públicas es de más de 15 millones de euros.

Este incremento de los altos cargos y del personal eventual, el que se contrata a dedo para cargos de confianza, se produce además mientras el número total de trabajadores públicos se ha reducido ligeramente. El Gobierno ha realizado un trasvase de trabajadores de un Ministerio a otro ya que pese al aumento del número de ministerios de 17 a 22, el número de funcionarios se ha reducido ligeramente desde 2018: de 247.000 a 245.000.

Esto ha contribuido a que el gasto de personal haya crecido un 4,1% en 2020, hasta casi 18.000 millones de euros, por el incremento del 2% de los salarios y por la equiparación salarial de los policías nacionales con las policías autonómicas, que ha costado 744 millones de euros.

Deuda y déficit

El incremento del personal de confianza y de altos cargos por parte de este Gobierno muestra una política de gasto que nada tiene que ver con las necesidades económicas que muestran la deuda pública y déficit. El año pasado cerró con un déficit del 11%, por lo que Sánchez gastó más de 100.000 millones de euros de los que ingresó. Es una cifra similar a la que se encontró Mariano Rajoy cuando llegó al poder en 2012 y que le obligó a realizar la mayor reducción de gasto público que se recuerda para cuadrar las cuentas.

En cuanto a la deuda, cerró el año por encima del 115% del PIB y ya está en el entorno del 120%. Es la mayor cifra de la historia. Pese a todo, pese al déficit y la deuda, y la pérdida de ingresos de la Agencia Tributaria durante el año, Sánchez no ha dudado en disparar la nómina de personal de confianza y altos cargos.