El regulador francés dice que Renfe tendrá antes los permisos para operar si utiliza trenes galos
Francia torpedea la entrada de Renfe en el país mientras España abre sus líneas más rentables a Ouigo
Renfe pide a Francia un trato «recíproco» al de Ouigo para que el AVE pueda circular por sus vías
Si Renfe quiere operar las líneas ferroviarias que le han sido adjudicadas en Francia con trenes de Talgo tendrá que esperar «meses» para las autorizaciones correspondientes, mientras que si circula con trenes de Alstom, franceses, todo será más fácil. Así lo ha dicho Luc Cébulski, director general del Establecimiento Público de Seguridad Ferroviaria (EPSF), uno de los órganos implicados en la atribución de esas autorizaciones para que Renfe opere en las líneas Lyon-Barcelona y Marsella-Barcelona.
Desde este 11 de diciembre esas líneas han dejado de ser operadas por Renfe, después de que la operadora pública francesa, SNCF, rompiera unilateralmente el acuerdo que tenía con la española para operar conjuntamente esas líneas. Ahora, Renfe necesita las autorizaciones pertinentes que, según este alto cargo francés, estarán listas a finales de diciembre salvo que Renfe decida que va a utilizar trenes de Talgo en lugar de los de Alstom, que se han utilizado hasta ahora. En ese caso, las autorizaciones se retrasarían meses. Sería un «proceso bastante largo», ha dicho, de al menos cinco meses.
Se trata de un nuevo ejemplo de cómo Francia está torpedeando la entrada de Renfe en el país. Tiene adjudicada la línea de alta velocidad entre Lyon y Marsella, pero las autorizaciones tardan en llegar y las homologaciones guardan el sueño de los justos. No sólo le han cerrado las puertas de la línea estrella de alta velocidad del país, Lyon-París, sino que retrasa los permisos para operar una línea secundaria. Renfe tiene interés en operar esa línea también, pero Cébulski ha señalado que recomienda a los operadores «ir gradualmente» para que haya una adecuación entre los medios disponibles y las líneas demandadas.
La situación ha provocado incluso la queja pública de la cúpula de Renfe, sin suerte hasta el momento. E incluso la Autoridad de Regulación del Transporte (ART) ha dado la razón a Renfe y ha criticado en un duro informe la falta de apertura de las líneas de tren del país a los competidores internacionales, como publicó este diario.
Líneas más rentables
Mientras, en España se han abierto las puertas a las empresas europeas de las mejores líneas de alta velocidad, las más rentables. La francesa Ouigo y la italiana Iryo, dependientes de las compañías públicas de sus países, SNCF y Trenitalia, ya operan en Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia-Alicante. Son las mejores líneas de la red española, que obligan a Renfe a compartir los ingresos.
La consecuencia es que, primero, se produce un daño comparativo con otras zonas de España, donde utilizar el AVE es mucho más caro. Ir a Sevilla es más caro que ir a Barcelona porque no hay ofertas al no haber competencia. En segundo lugar, al reducir Renfe sus ingresos al compartir la línea -aunque suba la demanda- pierde músculo financiero para aguantar el servicio en otras líneas que son deficitarias.
Lo último en Economía
-
Un trabajador de Mercadona cuenta la verdad de los sueldos del supermercado: «Cuando te dan…»
-
La Seguridad Social esconde cuánto dinero ha recibido de los Presupuestos para pagar las pensiones
-
Trump trastoca a los mercados al despedir a la jefa de Estadísticas por el débil dato del empleo
-
Llamamiento urgente de Hacienda a los mutualistas: lo que tienes que hacer para no perder tu dinero
-
Lo que nadie te dice sobre pagar con tarjeta en el extranjero: estás perdiendo dinero sin darte cuenta
Últimas noticias
-
De ruta con Delibes: un paseo por las tierras castellanas inspirado en sus libros
-
Investigan al fiscal estrella de Biden por usar su cargo para atacar a Trump para quitarle votantes
-
Los terroristas de Hamás obligan a cavar su propia tumba a un rehén judío consumido por el hambre
-
España se mete en la final del Eurobasket sub-18 tras derrotar a Italia
-
Sánchez compra a la Italia de Meloni más de 18 millones de balas por casi 15 millones de euros