Economía
Reto de la Financiación

¿Qué diferencias hay entre la quiebra y la suspensión de pagos?

A veces, dos conceptos que son distintos se toman como iguales y provocan confusión: la suspensión de pagos y la quiebra técnica. Antes de entrar en las diferencias entre ellos, explicaremos unos aspectos que son clave para entenderlos:

¿Qué diferencia la suspensión de pagos y la quiebra?

La suspensión de pagos es una situación que se espera temporal por la cual el pasivo corriente de la empresa es superior al activo corriente. Por lo tanto, el resultado del fondo de maniobra es negativo. Ello no significa que la empresa no disponga de recursos, en un medio o largo plazo, para afrontar las deudas totales. Por lo tanto, en este caso, la solución pasa por renegociar la deuda con los terceros para conseguir un alargamiento del plazo de pago. En los casos más complejos, si así lo aceptan los acreedores, también se opta por realizar una determinada quita para, como mínimo, recuperar una parte del capital prestado.

La quiebra técnica, en cambio, implica que el pasivo total (contando también con las deudas a largo plazo) es superior al activo total (es decir, la totalidad de los bienes y derechos de la compañía). Ello implica, por lo tanto, un patrimonio neto negativo y la inexistencia, como consecuencia, de recursos propios. En este caso, como es de suponer, la resolución es mucho más compleja. En el momento que el empresario se declara en quiebra, los acreedores deben parar toda actividad de reclamación y el empresario debe de vender todo el patrimonio de la compañía para poder devolver el mayor porcentaje posible de aquello que debe.

Otra situación de quiebra es aquella en que, en un contexto de suspensión de pagos, no se demuestra la capacidad de poder hacer frente en un futuro a las deudas contraídas.