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Las previsiones del FMI plantean un horizonte repleto de incertidumbres

Francisco Coll Morales es Economista y Coordinador del servicio de estudios de Fundación Civismo.

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho pública esta semana la actualización de su informe WEO. Informe que, como nos tiene acostumbrados, recoge todos los pronósticos, todas las previsiones, que desde el organismo se emiten, en base a los crecimientos previstos para las distintas economías que componen el planeta. Un informe que, ante lo ocurrido, recoge todos los reajustes que arroja el organismo multilateral para el conjunto de las economías, así como su desglose por países.

En este sentido, pese a la desaceleración económica que, como ya avisó el FMI, venía atravesando la economía mundial, los datos que hacía públicos el FMI durante el Foro de Davos, en enero, alentaban a un cierto optimismo, con leves caídas, pero que no se moderaban tanto como, a priori, se preveía. Sin embargo, sin esperarlo nadie, el coronavirus y la gran crisis en la que está derivando dicho sucesos se interpuso en los planes de los distintos Gobiernos, lastrando las economías hasta niveles insospechados previamente.

De acuerdo con el organismo, las previsiones para este año, dado el duro shock de oferta que atraviesa la economía a nivel global, arrojan un claro entorno pesimista para el conjunto de economías. Estamos hablando de que, a nivel global, el organismo pronostica una drástica caída -optimista per se- del -3% para el PIB mundial; es decir, para el cómputo global. En este sentido, estamos hablando de una caída que supera la registrada durante la Gran Recesión de 2008, siendo, hasta entonces, la peor caída que cosechábamos en años.

Gran incertidumbre

Pese a que para 2021 el propio FMI pronostica una clara recuperación, como se recoge en el gráfico, estamos hablando de que el informe deja en entredicho muchas variables que, por el momento, presentan gran incertidumbre. La trayectoria de la pandemia, la intensidad y eficacia de los esfuerzos de contención, el grado de las perturbaciones en la oferta, las repercusiones del endurecimiento drástico de las condiciones en los mercados financieros mundiales, etc.

Muchas incertidumbres que siguen sin despejar la visión a los analistas y economistas, los cuales siguen sin poder hacer previsiones objetivas ante la incapacidad que muestran dichas variables para su estimación. Pese a las previsiones que hace el organismo, la base de cálculo tomada para estos pronósticos se ha basado en una disipación del coronavirus, en donde la economía, durante el segundo semestre del año, reanude la actividad económica.

Sin embargo, este cálculo es una hipótesis, pues es el propio FMI el que, también, menciona la incapacidad de medir la trayectoria de la pandemia, así como el comportamiento de esta en los próximos meses. En este sentido, las previsiones que hoy arrojan para España un comportamiento que llevaría a la economía a cosechar una contracción del -8%, mañana, de darse un comportamiento distinto en la pandemia, podrían empeorar, impulsando la contracción hasta un -12% o, incluso, un -15%. Como decía Rafael Domenech, economista jefe de BBVA Research, no podemos descartar situaciones que, en el futuro, podrían darse.

Por el momento, la economía está atravesando, como decíamos, un duro shock de oferta. No obstante, en el futuro, este shock de oferta podría pasar a convertirse en un shock de demanda. De acuerdo con algunos estudios que se están implementando en materia de consumo, la propensión al ahorro de los españoles -con una confianza de los consumidores en niveles bastante preocupantes, y de acuerdo al estudio del economista Trías de Bes- sigue incrementándose ante lo ocurrido.

‘Optimismo’

Es a esto a lo que se refiere el FMI con los patrones de gasto, pues es impredecible el efecto del coronavirus en el consumo cuando todo esto acabe. Sí podemos estimar que no va a tener un comportamiento que aliente al optimismo, pero aún se desconoce el grado. No obstante, ante los datos que arrojan estudios como el citado, podemos ir haciéndonos una idea sobre cómo piensan los agentes socioeconómicos. Unos agentes que tendrán gran influencia en la economía, completando las variables que, como dijo el organismo, siguen presentando gran incertidumbre.

Como dijo el economista Ángel Talavera, de Oxford Economics, “hasta el momento, los economistas estamos dando lo que se denominaría como “palos de ciego”, a la espera de que se resuelvan muchas variables que nos permitan hacer análisis más detallados.

Por el momento toca esperar. No obstante, como conclusión, estamos ante unas previsiones que, con una contracción del -8%, así como una previsión del desempleo que sitúa la tasa de paro en el 20% para el país, puede considerarse optimistas, para que nos hagamos una idea.