Economía
Inversión

Las peores previsiones se cumplen: más de 1.300 sicavs han comunicado su desaparición

  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

A pesar de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sigue tramitando los últimos comunicados recibidos, más de 1.300 de las 2.300 sicavs que hay en España han informado al regulador de su desaparición, ya sea por su disolución y liquidación o por la pérdida de su condición de sociedad de inversión colectiva. Así, se comienzan a cumplir las peores previsiones: la práctica eliminación de estos vehículos en nuestro país.

Este aluvión de comunicaciones es consecuencia de la entrada en vigor de la nueva ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, que establece que las sicavs que no cumplan el requisito de que cada uno de sus al menos 100 socios alcancen una inversión mínima de 2.500 euros pasarán a tributar por un 25% de su beneficio en el impuesto de sociedades, frente al 1% al que lo hacían.

José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Patrimoniales, considera que la nueva normativa responde al “populismo absoluto de determinados grupos políticos que querían quitar sus beneficios”, aunque en realidad otros vehículos gozan de las mismas características que las sociedades de inversión colectiva, como los fondos de inversión, los planes de pensiones o los fondos cotizados. “Mientras no se vendan, estos vehículos tienen la misma tributación en el impuesto de sociedades”, subraya.

«La sicav está muerta»

El mismo experto también hace hincapié en la alta carga impositiva que sufren los inversores, sea cual sea su poder adquisitivo. “Un ahorrador invierte en la sicav una renta disponible por la que ya ha pagado impuestos, proceda de su trabajo, la venta de otros activos, una herencia o una donación y cuando ese dinero invertido se rescata de nuevo tiene que volver a pagar”, explica Luna.

Frente a los comunicados de desaparición, según datos recogido por Europa Press, apenas algo más de 150 sicavs han confirmado que mantendrán su estatus actual, lo que por ahora supone sólo el 6,5% del total de las que hay en España, un porcentaje inferior al 20% que manejaba la industria, pero en línea con las cifras que daba hace unos días daba A&G Banca Privada.  «La sicav está muerta. Quedarán algunas que se parecerán más a fondos de inversión que a sociedades de inversión y las alternativas que se han puesto sobre la mesa puede facilitar mucho más el cambio de escenario», señaló en un encuentro con medios su director de asesoramiento patrimonial Francisco González.

Los fondos de inversión, los más beneficiados

A pesar de que las sicavs ya han tenido que comunicar sus planes, el cambio normativo establece un régimen transitorio durante 2022 por el que se puede acordar la disolución y liquidación de estas sociedades sin costes fiscales y diferir la tributación de las ganancias derivadas de la liquidación, siempre que los accionistas reinviertan la totalidad de su cuota de liquidación en otras instituciones de inversión colectiva (IIC) españolas. Las personas jurídicas no podrán disfrutar de este régimen de traspasos, pero tienen opciones, como la transformación en sociedad anónima, sociedad limitada u otro vehículo inversión como sociedad de inversión libre o sociedad de capital riesgo.

Por ser los principales receptores del patrimonio, los expertos coinciden en señalar que los grandes beneficiados de esta desaparición de las sicavs son los fondos de inversión. “Las características de los fondos son imbatibles: poseen una fiscalidad ventajosa, capacidad de diversificación, costes ajustados, acceso a cualquier tipo de activo financiero y combinaciones que permiten tener una cartera totalmente personalizada”, destaca Rafael Juan y Seva, socio director de Wealth Solution y presidente de Finletic.

Víctor Alvargonzález, socio fundador y director de estrategia de Nextep Finance, resalta los menores costes de los fondos frente a los derivados de tener una sicavs y subraya la existencia de las llamadas clases limpias, clases de fondos enfocadas para los patrimonios elevados y que cuentan con menores comisiones. Son precisamente los elevados costes los que les hace considerar que no existe un claro aliciente a buscar opciones en estructuras domiciliadas en terceros países, como Luxemburgo, donde la fiscalidad si es más favorable.