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El nuevo hachazo de la Justicia a Ryanair supondrá un gasto de más de medio millón para la aerolínea

Nuevo varapalo judicial a Ryanair. La aerolínea de bajo coste ha sido condenada a revertir los recortes salariales del 10% a 893 tripulantes y del 20% a 608 pilotos aplicados durante la pandemia en sus bases españolas. Sólo teniendo en cuenta la devolución a los tripulantes de cabina, la cantidad que tendrá que desembolsa la aerolínea supera el medio millón de euros. Una mala racha para la compañía que encadena ocho demandas pérdidas contra su plantilla en España en menos de un año y medio.

En el caso de los pilotos, estos recortes si habían sido aceptados por el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), con el objetivo de ayudar a oxigenar las cuentas de la aerolínea ante el desplome de su actividad por la pandemia. Sin embargo, esta sentencia también beneficia a los pilotos que recuperarán esa reducción salarial del 20%. Por su parte, cada tripulante de cabina recibirá unos 700 euros por estos recortes, lo que supondrá un gasto para Ryanair de cerca de 650.000 euros -sin contar con los pilotos-.

De esta forma, la Audiencia Nacional reconoce así la petición de Unión Sindical Obrera (USO) y del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla) en su demanda contra Ryanair y Sepla y condena a la compañía irlandesa a reponer las condiciones previas a julio de 2020. La Audiencia arguye que Ryanair obró con «ausencia de buena fe negocial», como demuestra la falta de documentación e información, y «llegando a tratar de hacer firmar un acuerdo en dichos términos a las organizaciones sindicales, y todo ello con la amenaza de acometer despidos en caso de que las organizaciones sindicales no se plieguen a tal imposición».

Entre la falta de documentación durante el período de consultas, recalca el Tribunal que en tal análisis «no han comprobado la concurrencia de las causas económicas, organizativas y productivas en las que se fundan las medidas a adoptar» en las bases españolas ni «cuál es el impacto financiero de las mismas en su periodo de implementación». También le afea a Ryanair que se entregue la documentación en lengua inglesa, lo que «implica una manifiesta intención de dificultar el análisis de la documentación e información por parte de las personas que asesoran a los representantes sindicales».

Asimismo, la sentencia ahonda en la «mala fe» de Ryanair en las negociaciones por «el hecho de continuar las negociaciones una vez adoptada la decisión con una sola de las secciones sindicales, fragmentando por grupos profesionales la misma, amén de suponer una eventual lesión del derecho a la libertad sindical, aquí no denunciado, evidencia un desprecio respecto de las secciones sindicales excluidas».