Economía
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Nuevo fracaso de Sánchez: la inflación en España es un 2% superior a la de Alemania, Italia o EEUU

Pedro Sánchez ha llevado a España a liderar otro «ránking de la vergüenza». Pese a que la inflación está alcanzando cifras elevadas tanto en Europa como en América, nuestro país ha tomado la delantera, aventajando en más de dos puntos porcentuales las subidas de precios experimentadas en otros países como Alemania, Francia, Italia o Estados Unidos.

El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha escalado en julio hasta el 10,8%, según confirmó este viernes el INE. Una cifra impulsada principalmente por los alimentos y bebidas no alcohólicas, además de la energía, que se ha encarecido notablemente tras la ofensiva de Putin en Ucrania. Sin embargo, otros países que tienen una mayor dependencia energética de Putin han sabido paliar el alza de la inflación, lo que deja en evidencia la gestión de Sánchez para contener el alza de los precios.

En el caso de Alemania, la inflación se situó en el séptimo mes del año en el 7,5%, lo que supone una reducción de una décima respecto del 7,6% correspondiente a junio y de cuatro décimas en comparación con el 7,9% de mayo, acumulando así dos meses consecutivos de moderación en la escalada de precios. Esta moderación obedece a las medidas de alivio implementadas por el Gobierno del país, incluyendo descuentos en los transportes públicos y el combustible, aunque los precios de la energía en Alemania subieran un 35,5% en julio, frente al 38% de junio.

Además, en línea con lo que pide el Partido Popular, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, presentó el pasado miércoles un plan de alivio fiscal global de 10.000 millones de euros como una herramienta para contrarrestar los efectos de la inflación en la capacidad de compra de los ciudadanos. Los planes están contenidos en una Ley de Compensación de la Inflación que, además de alivios fiscales, contempla un aumento de las ayudas a los padres por cada hijo. Lindner espera que el conjunto de medidas beneficie a 48 millones de alemanes. Algo a lo que Sánchez se opone.

Por su parte, otros países como Francia e Italia también han alcanzado niveles récord de inflación, aunque se sitúan muy lejos de los datos registrados en nuestro país, con un IPC del 6,1% y del 8,4%, respectivamente. Unas cifras que van en línea con IPC de la eurozona -que se ha situado en el 8,9% en julio- y que pese a que la media se ha visto incrementada por las altas cifras de inflación de los países del este, sigue siendo un 2% menos que en España.

Al otro lado del charco, Estados Unidos también deja en evidencia a Sánchez. El IPC estadounidense registró una subida del 8,5% interanual frente al 9,1% de junio, con un crecimiento cero en el mes, y se queda por debajo de las expectativas del mercado, que se situaban en el 8,7%. La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos, también fue mejor de lo esperado: del 5,9%, el mismo nivel del mes anterior, frente al 6,1% que preveían los analistas.

Esta moderación se debe a unos precios del gas y los combustibles menores que en el mes anterior, que han compensado la continua subida de los alimentos y de la vivienda. No obstante, la moderación de la inflación subyacente es la mejor noticia, ya que significa que los precios de la energía y la cesta de la compra no se están trasladando a los salarios ni a otros bienes y servicios.

¿Efectos de segunda ronda en España?

Por el contrario, en España el IPC siguió subiendo en julio según el indicador adelantado, a pesar de que también nos beneficiamos del respiro en los precios de la energía. La razón es que el Gobierno de Sánchez no ha tomado medidas eficaces para paliar la subida de los precios, más allá del descuento de 20 céntimos por litro en la gasolina (este mes entrará en vigor la gratuidad de algunos trenes, pero esta medida tiene muchas restricciones).

Por el contrario, el Ejecutivo no ha moderado el gasto público (que es inflacionista) ni ha rebajado impuestos, salvo las reducciones en los de la electricidad adoptados hace meses; al contrario, ha anunciado el establecimiento de dos nuevos tributos para bancos y energéticas, como es conocido. Además, en nuestro país sí se empiezan a notar efectos de segunda ronda, como indica una tasa subyacente que aumentó en julio seis décimas, hasta el 6,1%. Es decir, la subida de precios empieza a ser generalizada más allá de la energía y los alimentos y, por ello, será más difícil de moderar en España que en EEUU o Alemania.