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Ni profesores ni abogados: las profesiones más necesarias en caso de que España entrara en guerra

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las tensiones geopolíticas internacionales han ido en aumento en los últimos años, generando una creciente preocupación sobre la posibilidad de un conflicto armado a gran escala. En este contexto, Europa no es una excepción, y diversos organismos internacionales han advertido sobre la importancia de estar preparados para una posible guerra. La propia Unión Europea ha instado a la población a contar con suministros esenciales para al menos 72 horas, lo que refleja la seriedad con la que se percibe esta amenaza. En el caso de España, una guerra en suelo europeo requeriría una serie de profesiones clave para afrontar los desafíos que implica una situación de crisis.

Desde militares hasta expertos en logística, pasando por personal sanitario y especialistas en ciberseguridad, estos profesionales desempeñarían un papel fundamental en la defensa, el mantenimiento del orden y la continuidad de los servicios básicos. Aunque la posibilidad de una guerra en Europa aún es incierta, la preparación y la planificación son esenciales para minimizar sus efectos y garantizar la seguridad de la población en tiempos difíciles.

Las profesiones clave si España entra en guerra

En un conflicto de gran magnitud, las sociedades deben adaptarse rápidamente para enfrentar múltiples desafíos. Para ello, en España ciertas profesiones volverían imprescindibles en caso de guerra:

  1. Fuerzas armadas y defensa: los militares y el personal de defensa son la primera línea de protección en cualquier conflicto. Soldados, oficiales y estrategas militares desempeñan un papel esencial en la defensa del territorio y la ejecución de operaciones militares. Además, expertos en inteligencia militar son necesarios para analizar información y anticipar movimientos del enemigo.
  2. Personal sanitario: médicos, enfermeros, paramédicos y cirujanos serían esenciales para atender a los heridos en hospitales de campaña y zonas de conflicto. Psicólogos y psiquiatras también desempeñarían un papel clave, ayudando a tratar el estrés postraumático y otros trastornos psicológicos derivados de la guerra.
  3. Seguridad y orden público: las fuerzas de seguridad, como la Policía y la Guardia Civil, serían esenciales para mantener el orden dentro del país, prevenir disturbios y garantizar la seguridad de la población en tiempos de crisis.
  4. Ingenieros y técnicos: los ingenieros civiles, estructurales y de infraestructuras serían fundamentales para la reconstrucción de carreteras, puentes y edificios destruidos. Por otro lado, ingenieros en telecomunicaciones asegurarían que las comunicaciones militares y civiles se mantuvieran activas, facilitando la coordinación de esfuerzos en tiempos de crisis.
  5. Producción y distribución de alimentos: los agricultores y ganaderos jugarían un papel crucial en la producción de alimentos, mientras que especialistas en logística y transporte garantizarían la distribución de suministros esenciales a la población y a las tropas desplegadas.
  6. Medios de comunicación: los periodistas y reporteros de guerra tendrían la misión de informar a la ciudadanía y documentar los acontecimientos, evitando la desinformación y asegurando que la población tenga acceso a noticias veraces sobre la evolución del conflicto.
  7. Ciberseguridad y defensa digital: en la era digital, la guerra no solo se libra en el campo de batalla, sino también en el ciberespacio. Expertos en ciberseguridad serían clave para proteger infraestructuras críticas, redes de información y evitar ataques informáticos que pudieran desestabilizar el país.

Reclutamiento de ciudadanos

En caso de que España se vea envuelta en un conflicto bélico, el país cuenta con un ejército profesional que sería la primera línea de defensa. Desde la abolición del servicio militar obligatorio en 2001, las Fuerzas Armadas españolas están integradas por aproximadamente 120.000 efectivos profesionales.

Reservistas de especial disponibilidad

El grupo que sería convocado en primer lugar está conformado por los reservistas de especial disponibilidad. Se trata de exmilitares que, tras finalizar su servicio activo, han quedado en la reserva y siguen vinculados a las Fuerzas Armadas. Asimismo, este grupo también incluye a ciudadanos que, de manera voluntaria, han decidido formar parte del sistema de reservas y están dispuestos a reincorporarse si el país lo requiere.En total, esta categoría reúne a unas 8.000 personas.

Reservistas voluntarios

Si los efectivos anteriores no fueran suficientes, el gobierno recurriría a los reservistas voluntarios. Este grupo está integrado por ciudadanos sin experiencia militar previa, pero que han decidido inscribirse en el sistema de reservas de manera voluntaria.El proceso de incorporación de estos reservistas es más extenso, ya que deben superar pruebas médicas, psicológicas y físicas antes de recibir formación militar.

Reservistas obligatorios

Si la gravedad del conflicto fuera tal que ni los efectivos profesionales ni los reservistas voluntarios bastaran para cubrir las necesidades del ejército, el Estado podría recurrir a los reservistas obligatorios. Esta categoría incluiría a jóvenes de entre 19 y 25 años sin experiencia previa en el ámbito militar, quienes serían llamados al servicio en virtud de la Ley de la Carrera Militar. Los seleccionados recibirían una notificación en la que se les solicitaría información sobre su estado de salud y preferencias en cuanto a su destino dentro de las Fuerzas Armadas.

A pesar de la obligatoriedad en estos casos, la legislación contempla la objeción de conciencia para aquellos que, por motivos éticos o religiosos, rechacen portar armas.En definitiva, aunque España dispone de un ejército profesional altamente cualificado, su estructura de reservistas garantiza que el país pueda responder de manera efectiva ante un conflicto.