Economía
Crisis económica

Montero se lía con el impuestazo: «No se podrá repercutir, pero si se repercute las empresas pagarán más»

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha hecho un lío digno de Groucho Marx al hablar sobre el nuevo impuesto que pretende imponer el Gobierno a la banca y las empresas energéticas. Parafraseando el famoso diálogo de «la parte contratante de la primera parte», ha asegurado que van a prohibir que las compañías trasladen el tributo a sus clientes, pero que, si lo repercuten -pese a estar prohibido-, tampoco sería tan malo porque las empresas ingresarían más y pagarían más impuestos.

«En cualquier caso, el Gobierno quiere que conste en la propia norma la prohibición de trasladar ese gravamen al precio que pagan los consumidores y se le encargará a la CNMC, como se hizo con la subvención a los carburantes, que haga informes periódicos y vigile y, en caso de que haya un comportamiento irregular en el mercado, desarrolle su capacidad sancionadora», explica en una entrevista con el periódico Infolibre.

Sin embargo, a continuación añade: «Pero también quiero decir que, si las empresas lo repercuten, tendrán más beneficios y por tanto pagarán más: está diseñado para que sea disuasorio y las empresas no trasladen el impuesto».

El Gobierno no sabe cómo diseñar el impuesto

Con esta nueva contradicción, la ministra vuelve a evidencia la improvisación de la medida, e incluso llega a reconocer que todavía no saben cómo se va a diseñar el impuesto:»El Gobierno ha decidido poner en marcha una figura fiscal que permita hacer un gravamen sobre empresas energéticas –eléctricas, gasistas y petroleras– y entidades financieras, con una definición técnica que estamos ultimando», «El detalle del impuesto lo están ultimando los técnicos», reconoce en dos momentos de la entrevista.

OKDIARIO ya adelantó que Teresa Ribera no había revelado al sector el diseño del nuevo tributo en las reuniones que mantuvo la semana pasada, y que la razón es tan simple como que el Ejecutivo no sabe aún cómo lo va a hacer.

En el mundo económico, se da por hecho que estos nuevos impuestos no llegarán a ver la luz o, cuando menos, serán mucho más descafeinados de lo anunciado, algo habitual con todas las medidas populistas adoptadas por Pedro Sánchez. Como también ha informado este medio, el PNV está presionando para dejar fuera a las empresas con sede fiscal en el País Vasco, y el BCE también ha avisado a Nadia Calviño del impacto que puede tener en la solvencia de la banca. Además, hay serias dudas sobre su constitucionalidad y los sectores afectados pretenden recurrirlo ante los tribunales.