Economía
EL PRESIDENTE DE PRISA "PARÓ EL AUTOGOLPE"

Moncloa abortó la ‘Operación Monzón’ en Prisa impulsada por Botín con la tutela de Cebrián

La fallida operación para nombrar a Javier Monzón presidente del grupo Prisa no llegó a buen puerto porque desde el Palacio de la Moncloa se presionó a Telefónica y a la Fundación Bancaria La Caixa para que dieran marcha atrás en el acuerdo alcanzado con el Santander para designar al ex presidente de Indra sucesor de Juan Luis Cebrián.

Fuentes cercanas al consejo de administración del grupo editorial indican a OKDIARIO que la designación de Monzón para llevar el timón de Prisa fue una sorpresa para el Gobierno y generó su más absoluto rechazo por dos motivos: que la persona designada para suceder a Cebrián no era de su agrado y que la presidenta del Santander, Ana Patricia Botín, no consultó con Moncloa el nombramiento.

¿Y por qué tendría un accionista privado consultar con el Ejecutivo un cambio de presidente antes de que lo apruebe el consejo de forma oficial?En esta ocasión la excusa que explica esta injerencia política es la necesidad de mantener la estructura de poder en Prisa ante el desafío catalán, ya que Cebrián ha cerrado filas en torno al Gobierno y la línea editorial de los medios del grupo (entre los que destacan El País y la Cadena Ser) refleja este respaldo.

Así, en cuanto se hizo pública la intención de Santander de darle la vicepresidencia ejecutiva de Prisa a Monzón, como paso previo a sentarse en el sillón del presidente, desde el Palacio de la Moncloa se contactó con los principales accionistas para indicarles que no era una operación bien vista por el Gobierno. Entonces Telefónica, que tiene el 13% de Prisa, dio un giro de 180 grados y dejó de apoyar la iniciativa del Santander (que posee un 4,2%), camino que siguieron también la Fundación Bancaria La Caixa (con un 3,8% del capital del grupo) y la familia Polanco (17,5%).

Una vez tomada la decisión de dar marcha atrás en la incorporación de Monzón fue precisamente el presidente Juan Luís Cebrián, el que comunicó al ex de Indra el cambio en los planes iniciales, planteándole que la sucesión tendría unos plazos más dilatados que los inicialmente prometidos y que el propio Cebrián seguiría dirigiendo la comisión ejecutiva. Monzón rechazó entonces la oferta trampa y quedó abortada la operación, dejando al Santander enfrentado con el Gobierno y reforzando a Cebrián.

“Podríamos decir que el presidente de Prisa paró su propio autogolpe, ya que el nombramiento de Monzón estaba pactado con el a cambio de seguir dirigiendo las empresas del grupo”, señalan las fuentes consultadas que confirman lo avanzado por OKDIARIO: que la “Operación Monzón” no implicaba la salida del actual presidente de Prisa de la primera línea ejecutiva de la compañía.

Esta visión de “autogolpe” de Cebrián desactivado precisamente por el mismo cobró fuerza cuando el pasado sábado Prisa envío un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que informaba que el consejo de administración del grupo había acordado un plan de incentivos para el presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, derivado de la ampliación de capital de 450 millones de euros aprobada por el consejo el viernes pasado.

Una vez que se cierre la ampliación de capital el actual presidente de Prisa recibirá 1,6 millones de acciones de la empresa con un valor de 1,2 euros por título, lo que supone 1,9 millones de euros que se convertirían en 5,5 millones de euros si decidiera vender las acciones con los precios actuales de mercado.

En cuanto al primer accionista de Prisa con el 19,2% del capital, el fondo Amber Capital, las fuentes consultadas indican que no participó en ningún momento en la designación de Monzón y fue en la Comisión de Nombramientos y Retribuciones donde manifestó su disconformidad con la propuesta. Aunque Amber lleva meses intentando que Cebrián ceda el timón del grupo editorial el candidato elegido por el Santander tampoco era de su agrado, y ahora con la ampliación de capital se le abre una puerta para incrementar su peso en el accionariado y forzar, de una vez por todas, que Cebrián deje de tener cargos ejecutivos en Prisa.

La próxima cita es el 15 de noviembre, cuando Prisa celebra junta de accionistas para votar esta primera ampliación de capital de 450 millones, una posterior de 100 millones de euros condicionada al éxito de la primera. Los accionistas también deberán dar su visto bueno al nuevo plan de incentivos de Cebrián.