Economía
BANCO DE ESPAÑA

Malestar en el Banco de España con el Gobierno: temen quedarse sin voto en la próxima reunión del BCE

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

El Banco de España vive, orgánicamente, sus horas más extrañas. Hace meses que se barajan nombres para sustituir a Pablo Hernández de Cos, pero nadie termina de ocupar el puesto. Lo hace de forma interina Margarita Delgado, pero «no le cae bien a nadie».

Con esa sencilla frase nos desvelan las fuentes internas cómo están unas quinielas en las que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, vuelve a ser «el hombre prudente del Gobierno» mientras que desde el Banco creen que Sánchez considera «el puesto de gobernador del Banco de España como una moneda con la que cambiar un favor».

Desde ese prisma se explica que quiera «poner a José Luis Escrivá como gobernador, y que no sea solo un cromo con el que jugar frente al Partido Popular». En puridad, el Gobierno, y más concretamente el presidente, puede elegir a quien considere para el cargo, no tiene que consultarlo si quiera, pero se suele hacer por consenso para evitar problemas en la cima del regulador bancario español.

Malestar en el Banco de España

La cuestión es que, tras consultarlo, y tras varios meses deliverando sobre quién podría ocupar el puesto -meditando, como ya se sabe, suele hacer Sánchez-, Montserrat Martínez Parera, la vicepresidenta de la CNMV, era la ideal. Cumplía todos los requisitos internos, conoce el funcionamiento del Banco de España, tiene buena relación con las distintas entidades… y es mujer, lo que hasta hace unos días era requisito indispensable.

Pero Sánchez no cuenta ahora con un gran círculo de confianza, y Escrivá ha hecho méritos para ser premiado: «por lo que sabe y, sobre todo, por lo que calla», nos dicen.

En principio, mencionar a Escrivá en la terna de candidatos era solo para que el Partido Popular, en esta negociación amistosa, aceptase no meter «a nadie de su cuerda», y comulgase con revalidar a «Margarita Delgado de subgobernadora mientras Montserrat Martínez se hacía con el mando» del regulador, pero esas mismas fuentes internas aseguran que «el nombre de Escrivá», en estos días en los que «Sánchez está incómodo incluso entre los suyos», ha cobrado una fuerza real.

Y con ese nombre los propios funcionarios del Banco de España son los primeros en mostrar su malestar. El carácter de José Luis Escrivá, todavía ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, es algo que choca con la prudencia y calma con la que se dirigen desde el regulador, y la combinación con Margarita Delgado sería fatal: «Porque entre ellos también sería complicado pero, sobre todo, porque son dos perfiles muy agresivos con el personal».

Parejas de dirigentes para el regulador

Con Escrivá sobre la mesa, habría que cambiar a Margarita Delgado, que termina mandato a mediados de septiembre, y su sustituta sería Eva Valle, cuyo trabajo en la oficina económica de presidencia es de sobra conocido. Incluso llegó a ser uno de los nombres que se pusieron encima de la mesa cuando España optaba a la vicepresidencia del Banco Central Europeo -BCE-. Ella era la elegida si Luis de Guindos era rechazado en el seno de la entidad europea porque se prefiriese una mujer para el cargo.

La otra pareja, que sigue siendo por la que abogan internamente, con la que el Partido Popular además daría el visto bueno y, además, es la pareja que se había pactado, son Montserrat Martínez y Margarita Delgado. «Sería ideal si fueran Martínez y Eva Valle», nos trasladan, pero «Sánchez en ningún momento ha puesto esa dupla de nombres sobre la mesa».

Ausencia en el BCE

Las cavilaciones de Sánchez y sus apuestas por unos u otros tienen, en realidad, paralizada la parte institucional del Banco de España. Es cierto que Margarita Delgado, como subgobernadora, ha asumido las funciones que dejó Hernández de Cos, pero es igual de cierto que no tiene carácter ejecutivo.

Eso nos deja, entre otras cosas, sin voto en el Banco Central Europeo -BCE-, y no nos sobran puestos de voto en Europa.

La idea que manejan en el ministerio de Economía es que haya nuevo gobernador antes de la reunión del 12 de septiembre en el BCE, pero el puesto lo puede volver a ocupar Delgado, ya que le quedarían unos días como subgobernadora. El problema es que España, si no elige nuevo gobernador, no tendrá derecho a voto aunque esté representado.

A partir de esa fecha, además, todo podría complicarse aún más, puesto que no habría nadie que pudiera asumir las funciones de la subgobernadora y del gobernador, y quedaría un asiento vacío: no ya que no vote, sino que ni acuda.

El malestar por esta situación en el Banco de España, que podría arreglarse sin problemas, es evidente. Más allá del gusto por los candidatos, y de que sigan dando por hecho que Montserrat Martínez será la próxima gobernadora, la realidad es que existe «la sensación de que no hay ningún respeto institucional por el trabajo» que realiza el regulador bancario en España.